Porque y por qué; conque y con qué

A lo largo de los más de veinte años en los que me he dedicado a la escritura sobre temas gramaticales, ha sido necesario volver sobre algunos ya tratados, en función de contribuir con la disipación de las dudas que conducen a impropiedades. Por lo general son casos de fácil solución, siempre que se les preste la debida atención.

Todas las veces que ha sido menester insistir sobre cierto y determinado caso, he procurado mostrar un enfoque distinto, con ejemplos claros y sencillos, dado que la intención es brindar herramientas útiles para que los redactores habituales adquieran facilidad en el manejo del lenguaje oral y escrito, siempre convencido de que no soy un experto lingüista, sino un aficionado del buen decir.

He perdido la cuenta de las veces en que he hablado del mal uso de los signos de puntuación, del gerundio, de las impropiedades derivadas del desconocimiento de las palabras por la índole de la entonación, del uso y abuso de las letras mayúscula y de otros ejemplos en los que ha habido y hay una marcada persistencia en impropiedades.

Siempre hablo de impropiedades, de usos inadecuados, inapropiados y no de errores, toda vez que la intención es infundir confianza en las personas que utilizan la expresión oral y escrita como herramienta básica de trabajo, lo cual no sería posible con la palabra error, que contiene una fuerte carga expresiva que intimida y conduce a lo que los gramáticos llaman ultracorrección, que no es otra cosa que incurrir en yerros por tratar de evitarlos.

En este artículo, el penúltimo por este año y el número 109 de los que me ha publicado este prestigioso medio digital de España y de Europa, volveré a referirme a porque y por qué; conque y con qué, dado que se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los que con gran frecuencia se expresan a través de los medios de comunicación social, incluidas las redes sociales.

Antes de entrar en materia, les claro que mientras en otros países la palabra bodega significa, entre otras cosas, «lugar donde se elabora, conserva y cría el vino», en Venezuela tiene otro significado, como por ejemplo, lugar donde se venden víveres, lo que en Colombia se le conoce tienda. Del mismo tenor es bodegón, con su correspondiente plural, que a mi juicio, en Venezuela se le está dando un uso que no le corresponde; pero eso es materia para otra entrega.

Porque es una conjunción causal (no casual) que equivale a ya que o a pues. Sirve para explicar las razones de algo: «No fui porque no tenía dinero»; «Vendrá esta tarde porque así me lo ha prometido».

Por que es una forma compuesta de la preposición por y del relativo que (el cual, el que, la que, la cual): «Esa es la razón por que fue suspendido del cargo». Es como si se dijera: «Esa es la razón por la cual (o por la que) fue suspendido del cargo».

Por qué es una forma interrogativa (para preguntas directas o indirectas): «¿Por qué no te callas?»; «No me explico por qué no estudias?».

Porqué es el por qué convertido en sustantivo, que siempre irá precedido de un determinante (artículo o adjetivo). Tiene el mismo valor de motivo, causa o razón: «No me ha dicho el porqué de su negativa». También puede usarse en plural: «No me ha dicho los porqués de sus negativas».

En cuanto a conque, con que y con qué, es necesario advertir que es un caso parecido a porque y por qué. Para ilustrar mejor el asunto, en la vigésima cuarta edición del libro «Curso de Redacción, de G. Martín Vivaldi, cito tres ejemplos que no dejan lugar a dudas: «O estudias, o no hay excursión: conque ya lo sabes»; «Este es el problema con que se tropieza»; «¿Con qué has hecho esto».

En el primer ejemplo se está ante la presencia de una conjunción consecutiva, equivalente a de modo que, que expresa la consecuencia de estudiar o de no estudiar. El segundo representa una forma equivalente a el cual o la cual, según sea la circunstancia. Y ¿con qué es , a todas luces, una forma interrogativa que no debe comportar ninguna confusión.

A todas esas, y en virtud de simplificar el asunto, sobre todo en el caso de  por qué y porque, es prudente advertir que por qué (en interrogación directa o indirecta) se usa, por supuesto, para preguntar. Y porque es para responder. ¡Así de sencillo!

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

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