La decimotercera edición del festival Different, creado hace ya trece años por el recién fallecido José María Riba, ha arrancado en París, gracias a la iniciativa del Instituto Cervantes y de su director Domingo García Cañedo, con el apoyo institucional de la Embajada de España.
La aventura iniciada con la asociación Gnolas, «Españolas en Paris» y la creación del festival Different en 2008, ha encontrado así tras la desaparición de su creador, un justo reconocimiento institucional, con la voluntad del actual director del Instituto Cervantes de perennizar este festival de cine español en París. Un hermoso homenaje póstumo a la empecinada actividad de nuestro amigo y colega José María Riba.
Eva Riba-Roelens y Laura del Sol, quienes acompañaron a José María Riba en esta aventura cinematográfica, pasaron el testigo en la ceremonia de apertura al nuevo equipo organizador de Different, que se propone mantener una continuidad con el espíritu que animó siempre este festival, como vitrina de un cine español diferente, que a menudo no encuentra acogida y difusión en la distribución comercial en Francia.
Establecer un puente entre los cineastas españoles y los productores y distribuidores en Francia fue siempre la prioridad de Different. Señalemos a propósito una buena noticia: la película «Niñas» opera prima de Pilar Palomero, proyectada en la ceremonia de apertura, ha encontrado ya un distribuidor en Francia: Epicentre films.
https://vimeo.com/541111106
«Las niñas», o la pérdida de la inocencia
Opera prima de la cineasta zaragozana Pilar Palomero «Las niñas» llega tras su paso por Berlín, Málaga, San Sebastián, o Nantes, con una amplia lista de premios entre ellos los premios Goya 2021 a la mejor película, mejor dirección novel, guion original y dirección de fotografía.
Inspirándose en recuerdos de su propia adolescencia, Pilar Palomero nos ofrece en su primer largometraje una incursión en un colegio religioso en la España de los años noventa, con la historia de varias niñas víctimas de la oscurantista educación religiosa, que ha perdurado desgraciadamente tras la desaparición de la dictadura.
Más que el reflejo de una época, como he leído en ciertas críticas, la película de Palomero es más bien una película sobre la pérdida de la inocencia y el descubrimiento de la sexualidad de esas preadolescentes. Un guion que se centra sobre todo en la historia de Celia, hija de una madre soltera víctima de prejuicios, insultos y amenazas en ruptura con su familia, y de su amiga Brisa recién llegada de Barcelona.
Un relato servido con autenticidad por sus jóvenes intérpretes, bien dirigidas, y en particular sus dos principales protagonistas Andrea Fandos (Celia) y Zoe Arnao (Brisa, la amiga catalana que como Celia es huérfana no solo de padre sino también de madre).
Se trata pues de una lograda opera prima sincera y auténtica de esmerada factura que lanza la carrera de una nueva promesa del cine español: Pilar Palomero.
Brillante y poético “Blues para Teherán”
En la programación de Different 13, he tenido ocasión de ver también un excelente documental que a estas horas busca todavía distribución en Francia: «Un blues para Teherán», del cineasta y crítico de cine Javier Tolentino, quien anima desde hace veinte años la emisión «El séptimo vicio» en Radio 3.
Crítico y cinéfilo empedernido, admirador en particular de la totalidad del cine iraní y sobre todo de la obra de Kiarostami, Javier Tolentino, quien ha viajado a Irán en numerosas ocasiones, realiza aquí su primer largometraje, un documental de creación en el que expresa con verdadera mirada de cineasta su amor por la cultura, las gentes y las tierras de esa Persia milenaria que sobrevive atravesada por sus contradicciones religiosas, políticas y sociales.
Este blues para Teherán es en realidad un viaje musical y poético en tierras iraníes más allá de la capital, a través de paisajes poco vistos en los documentales turísticos, o en los viajes organizados, cuando todavía se podía viajar a ese maravilloso país, hoy más aislado que nunca con el bloqueo decretado por Donald Trump.
Mientras la cámara descubre rostros y paisajes, Tolentino va al encuentro de un puñado de excelentes personajes que dan toda su coherencia al relato. Erfan Shafei, quien cuando se montó la producción debía ser asistente de dirección en el rodaje en Irán, acabó siendo finalmente el principal protagonista de este documental que, con el hilo conductor de la música iraní, pone en escena el carácter lunar, poético e irónico de ese personaje culto y ávido de literatura universal. Un Buster Keaton iraní, inmutable y soñador que asegura no haber encontrado todavía el amor, ese enamoramiento profundo como el de Don Quijote por su Dulcinea.
Erfan Shafei, joven kurdo que canta y escribe poesía es sin duda el mejor hallazgo de la película o al menos el que le da su columna vertebral al guion. Ese joven barbudo al que sus padres que viven con un loro en casa, le dicen que «deberías haber nacido en otra época, te has equivocado de país, no tienes los pies en la tierra…»
Entre los músicos que Tolentino encuentra en su viaje cinematográfico otro personaje estelar es el de una joven cantante, Golmehr Alami, la primera mujer que dio en 2018 un concierto de mujeres y para mujeres en Mazandaran después de la revolución islámica de Irán.
Su canción y sus declaraciones son un vibrante llamamiento por la libertad artística y de expresión en ese país en el que la mujer no tiene el derecho de poder cantar en público, y en donde los artistas no pueden viajar libremente al extranjero.
El declarado amor de Tolentino por la cultura, la poesía y el cine iraní, no le impide en consecuencia hacer oír por momentos palabras críticas, como la de ese anciano pescador iraní que condena al mismo tiempo la política anti iraní de los EEUU y la mala gestión del gobierno de Teherán en un país donde estalla la inflación y la carestía de la vida.
«Una cosa es amar un país, y otra su gobierno», afirma Tolentino, para quien esta película nace sobre todo de su pasión por el cine iraní de Kiarostami a Panahi, Ghobadi o Mehrjui, «un cine de lo real que me hipnotizó, que no eludía la poesía, sino que desprendía filosofía natural, expresión cotidiana del pueblo persa».
No es sin embargo «Un blues para Teherán» una película con intenciones políticas, sino una obra musical y poética. «Mi película -dice Tolentino- nace del afecto por un país que lleva miles de años cultivando el saber y quise mostrar desde el cine que me han enseñado un Irán más allá del poder y del petróleo».
Absolutamente, «Un blues para Teherán», excelente sorpresa de esta programación en Different 13. Esperemos que encuentre pronto distribuidor en Francia.
Ver la programación de Different 13 del 16 al 22 de junio en el cine Majestic Passy de Paris.