El aborto selectivo, que muchos países en vías de desarrollo han practicado durante décadas, optando por dejar vivir a los varones, está empezando a tener graves consecuencias demográficas, según el estudio publicado en el digital independiente Science Alert, un medio que recoge encuestas y artículos de carácter científico avalados por instituciones consolidadas, y que reproduce el digital francés Slate.
Como consecuencia de esas políticas mal llamadas de «planificación familiar», actualmente en China, en India y una decena más de países, hay setenta millones más de hombres que de mujeres.
El último estudio recogido por Science Alert asegura que, de aquí a 2030, esos mismos países perderán 4,7 millones «de nacimientos femeninos lo que sesgará aun más su ratio sexo». Los científicos que han llevado a cabo este estudio han utilizado un modelo basado en más de tres mil millones de actas de nacimiento de 204 países, «identificado doce de ellos que tienen una ratio sexo asimétrica, y diecisiete más que podrían seguir su ejemplo».
La falta de mujeres puede tener repercusiones culturales y sociales duraderas. De momento ya ha reducido el número de matrimonios y ha aumentado de forma muy preocupante las enfermedades psíquicas relacionadas con la soledad en los hombres, aumentando también «la violencia en la forma de tratar a las mujeres, y muy especialmente a las que se dedican a la prostitución».
La buena noticia del estudio, según la publicación de novedades médicas BMJ Global Health, es que en los doce países que durante décadas han optado porque nacieran niños en lugar de niñas, y en los que incluso se ha practicado el infanticidio femenino, empiezan a aparecer signos de cambio, especialmente en China e India, donde los responsables gubernamentales están prohibiendo los abortos selectivos y están ensayando medidas para animar a que nazcan mujeres.
El equipo de científicos que ha llevado a cabo el estudio advierte que es necesario que se adopten medidas también en otros países -como Albania, Armenia, Azerbayán y Vietnam- para conseguir «reequilibrar» los sexos, porque «los resultados –señalan los autores- indican la necesidad de vigilar la relación de nacimientos masculinos en los países que muestran una preferencia por los varones y luchar contra los factores que están en el origen de los prejuicios sexistas, tanto en las familias como en las instituciones».