En el segundo día de la vista del juicio de apelación de Estados Unidos contra la negativa de la justicia británica a extraditar a Julian Assange –quien no asiste personalmente a la vista por problemas de salud y sigue la sesión desde la cárcel de alta seguridad de Balmarsh, en el sur de Londres, donde lleva internado dos años y medio- su abogado defensor ha insistido en el riesgo de que Assange, australiano de cincuenta años y fundador de Wikileaks, se suicide en el caso de que se le extradite.
En Estados Unidos pueden condenarle hasta 175 años de cárcel por haber publicado cientos de miles de documentos clasificados. James Lewis, abogado que representa al gobierno de Estados Unidos, aseguró que Assange no tiene «ningún antecedente de enfermedad mental» y que los expertos de la defensa solo le habían encontrado «moderadamente deprimido».
La justicia estadounidense intenta esta vez que se anule la sentencia dictada en enero pasado por la jueza Vanessa Baraitser, quien rechazó la extradición argumentando que Estados Unidos había sido incapaz de impedir el suicidio del financiero Jeffrey Epstein, encarcelado como resultado de una acusación de tráfico sexual de menores.
Julian Assange fue detenido en abril de 2019 en la embajada de Ecuador en Londres, donde llevaba siete años refugiado acogido por el presidente Correa; un apoyo que perdió a la llegada de Lenin Moreno a la presidencia. Durante su encierro en la embajada Assange inició una relación con su abogada, Stela Morris, con la que ha tenido dos hijos.
Está acusado de difundir, a partir de 2010, más de setecientos mil documentos clasificados de la diplomacia estadounidense y el Pentágono, relativos a las actividades militares y diplomáticas en Irak y Afganistán, así como documentos relativos a los presos de Guantánamo.