Nos interpretaremos con vuelos que nos han de servir para observar la vida con sus entrañables respuestas. No siempre las queremos o las comprendemos, pero hemos de asumir que las opciones son muchas y buenas.
Coloquemos las ilusiones sin reclamos inútiles ni explicaciones que nos lleven al dolor. Idealicemos sin regresos: vivamos. Los detalles son importantes. Sin embargo, no debemos obsesionarnos.
Participemos. Seamos amor. Nos hemos de emplazar con resortes que nos unan. Busquemos el pacto. Nos hará más fuertes, mejores.
Seamos sin diferencias que comprometan la dignidad. Nos declararemos honestos. Nos multiplicaremos sin defectos o deterioros, o, al menos, sin que nos demoren o distancien. La perfección no existe, ni seguramente conviene.
Lancemos mensajes que nos procuren creer en las oportunidades que han de cundir con actitudes positivas. Expandamos la riqueza espiritual. Nos trasladaremos al conocimiento de manera recurrente. Nos veneraremos como ejes de la historia, y lo haremos con humildad.
Edifiquemos aspectos principales y hagamos que convivan oportunamente con los secundarios. Estemos tranquilos, sin complejos.