PES.- En la mañana del miércoles 21 de agosto de 2013, tres hospitales situados en Damasco y apoyados por Médicos sin Fronteras (MSF) recibieron en menos de tres horas cerca de 3.600 pacientes que presentaban síntomas neurotóxicos, 355 de los cuales han fallecido desde entonces, informa la organización humanitaria en un comunicado fechado el 24 de agosto en Bruselas.
Desde 2012, MSF lleva a cabo una colaboración «sólida y fiable» con las autoridades de Damasco que ha consistido en la creación de redes médicas, hospitales y ambulatorios a los que proporciona medicinas, material médico y apoyo técnico. Por motivos de seguridad, en esos hospitales no hay personal de MSF.
“El personal médico de esos hospitales ha facilitado a los médicos de MSF informaciones precisas relativas a un gran número de pacientes que presentan síntomas tales como convulsiones, hipersalivación, pupilas dilatadas, visión alterada y dificultades respiratorias», ha precisado el doctor Bart Janssens, director de operaciones de MSF. A los pacientes se les está tratando con atropina, un medicamento que ha facilitado MSF porque se han agotado los stocks en los hospitales de la zona, indicado para tratar síntomas neurotóxicos.
“MSF no puede confirmar científicamente la causa de los síntomas ni establecer la responsabilidad del ataque –insiste el doctor Bart Janssens-. Sin embargo, los síntomas que se nos ha comunicado y el esquema epidemiológico de este episodio –caracterizado por una afluencia masiva de pacientes en un lapsus de tiempo muy corto y el contagio de miembros del personal de socorristas, así como del que presta los aprimeros auxilios- hacen pensar que se trata de una exposición masiva a un agente neurotóxico. De confirmarse, se trataría de una violación del derecho internacional humanitario que prohibe formalmente la utilización de armas químicas y biológicas”.
MSF ha incorporado ahora el tratamiento de pacientes neurotóxicos a sus estrategias médicas en todos los programas que tiene en marcha en Siria.
“MSF desea que se facilite inmediatamente el acceso a la zona de investigadores independientes para que pueda aclarrase que está pasando, ha manifestado Christopher Stokes, director general de MSF. Este último ataque, y las necesidades médicas que ha generado, se suman a una situación humanitraia catastrófica, caracterizada por una violencia extremada y la destrucción deliberada de las estructuras de salud. En un contexto así, de violaciones del derecho internacional humanitario, la ayuda deja de ser eficaz y pierde todo su sentido”.