Dominique Pradalié, periodista y dirigente del Syndicat national de journalistes (SNJ) de Francia, acaba de ser elegida presidenta de la Federación Internacional de Periodistas (FIP).
Por razones personales, y a pesar de que ya estaba inscrito, opté por no participar en el Congreso de la FIP que acaba de terminar en Mascate, la capital del Emirato de Omán.
Pero durante durante tres décadas he estado estrechamente vinculado a las actividades y campañas de la FIP, donde he compartido un largo camino junto a Dominique Pradalié, de modo que puedo confirmar el acierto de esa elección.
Tanto desde el punto de vista profesional como del asociativo y sindical.
Es curioso que hayamos tenido de algún modo trayectorias paralelas, Dominique Pradalié en la radiotelevisión pública de Francia, desde la histórica ORTF hasta la actual France Télévisions. Nuestro primer paralelismo consiste en que durante años, ambos hemos trabajado en telediarios nocturnos y para noctámbulos de la radiotelevisión pública: ella en la cadena France 2, yo en TVE.
Decía el maestro Tom Wolfe que en su juventud -y antes de ser uno de ellos- estaba convencido de que los reporteros trabajaban siempre de noche. Desde luego, Dominique está siempre en la trinchera de la información, de noche y de día.
En 2014, compartí con los colegas franceses diversos debates relacionados con el centenario del asesinato de Jean Jaurès.
En una de esas ocasiones, en París, ante el lugar en el que fue asesinado Jaurès, el Café du Croissant, hoy Taverne du Croissant, Dominique Pradalié recordó a los asistentes uno los principios más citados del periodista y militante asesinado en 1914: «Sólo mediante informaciones extensas y exactas podremos ofrecer, a todas las inteligencias libres, los medios para que comprendan por sí mismas los acontecimientos mundiales».
Dominique tiene una gran fortaleza personal. Asimismo, un sentido de la reivindicación justa. Sabe cómo empujarnos a actuar donde no pensábamos hacerlo para mantener viva la palabra libre. En enero de 2015, yo vivía en París y fuí de los que acudieron espontáneamente ante la sede de la revista Charlie Hebdo, en la mañana siguiente al criminal atentado contra los miembros de su redacción.
Llovía y había una multitud acongojada. No había gritos, ni pancartas. Sólo miedo y angustia.
Hubo unos pocos oradores que intentaban mantener el ánimo ante la tristeza general, entre ellos Dominique Pradalié; pero los nubarrones predominaban en todos nosotros. De repente, me agarró el brazo y no me dio opción: «Paco, súbete a ese banco y habla, habla, habla». Imposible no hacerlo. Hablar de la libertad era nuestro deber inmediato, como ciudadanos y como periodistas libres. La libertad contra el miedo, contra todos los miedos. Pienso que Dominique sabe cómo transmitir eso a los demás, su propia fuerza. Sentí como su energía espantaba mis propios temores.
Hemos estado juntos en muchas ocasiones y -como queda claro- no todas ha sido alegres.
En noviembre de 2018, las fuerzas armadas israelíes nos bombardearon con gases lacrimógenos ante las puertas del campo de refugiados palestinos de Qalandia. Los miembros del Comité Ejecutivo de la FIP acompañábamos a los periodistas locales en una protesta por las restricciones y ataques que sufren al hacer su trabajo.
Aún tengo la imagen de Dominique allí, delante de mis ojos, muy afectada por la asfixia y los picores de los gases israelíes.
Ha sido Secretaria General del Sindicato Nacional de Periodistas franceses, en Francia el más representativo en los procesos electorales de la profesión. Forma parte de la Comisión Superior del Carnet de Periodista (una muy interesante institución francesa) y del Consejo de Mediación y Deontología del Periodismo de su país.
Al asumir la presidencia de la FIP, Dominique Pradalié ha declarado a los congresistas reunidos en Mascate: «La libertad de la prensa está siendo atacada en todo el mundo y los periodistas son las primeras víctimas de ello. Pero son los ciudadanos quienes resultan los más penalizados, ya que las democracias deben ser juzgadas por la calidad de sus medios de comunicación y por la información que reciben, que tiene que ser honesta, completa, pluralista e independiente».
Desde la fundación de la FIP en 1926, Dominique Pradalié es la segunda mujer presidenta de la FIP, años después de que lo fuera Mia Doomaert (belga), desde 1986 hasta 1990.