Actriz, guionista y cineasta francesa, Blandine Lenoir firma con «Annie colère», de estreno en Francia, su tercer largometraje de ficción después de «Zouzou» 2014 y «Aurore» 2017, y una vez más su protagonista es una mujer y su temática abierta y saludablemente feminista.
Para escribir el guion de «Annie colère», lo que en castellano significa colera o ira, la directora y su coguionista Axelle Ropert se han basado en la lectura de una tesis de ochocientas páginas sobre el MLAC desarrollada por Lucie Ruault, quien durante cinco años entrevistó a médicos, enfermeras y militantes de ese movimiento feminista.
Para los que no saben que significan esas siglas, el Movimiento por la Libertad del Aborto y de la Contracepción fue creado en 1973 y su lucha clandestina fue decisiva para llegar en 1975 a la adopción por el Parlamento francés de la denominada «Ley Veil», durante el mandato presidencial de Giscard D’estaing.
Esa lucha había sido precedida en 1971 por «el manifiesto de las 343 zorras» (Le manifeste de 343 salopes) publicado por el semanario Nouvel Observateur firmado por el MLF (Movimiento de liberación de la mujer), con el apoyo de 343 feministas, entre las que figuraban conocidas actrices e intelectuales, desde Jeanne Moreau a Delphine Seyrig, o la abogada Gisele Halimi.
Ese fue un primer acto simbólico de desobediencia civil en la década de los setenta, que fue seguido en 1973 por el manifiesto de médicos en favor de la libertad del aborto. El primer aborto organizado por el MLAC se hizo en la casa de Delphine Seyrig, como se muestra en la película.
Con una ficción bien construida y cargada de emoción «Annie en colère» relata la lucha por la liberación de la mujer, a través de la propia emancipación personal de su personaje protagónico, restableciendo al mismo tiempo la verdad histórica sobre ese movimiento militante deliberadamente olvidado.
La Historia oficial en Francia, repetida con insistencia en los grandes medios audiovisuales, resume la lucha por la libertad del aborto al mérito de Simone Veil, ministra de sanidad giscardiana, quien defendió en efecto la aprobación de la ley ante una asamblea nacional mayoritariamente masculina. Lo que se olvidan de decir en esa historia es que esa lucha parlamentaria fue precedida por una larga lucha política militante en los años que siguieron al mayo del 1968 y que fue ganando poco a poco a una parte del personal médico y sanitario, antes de obtener la mayoría entre los diputados.
Sobre la lucha del MLAC existen documentales como «Regarde elle a les yeux grand ouverts» trabajo colectivo del propio Movimiento, o también «Historias de A» de Charles Belmont y Marielle Lissartel. En la ficción vimos recientemente «L’evenement» de Audrey Diwan, quien hablaba del tema del aborto en los años sesenta, basado en el relato autobiográfico de la escritora Annie Arnoux.
Con «Annie colère» Blandine Lenoir se propone ahora evocar a través de la ficción la historia del MLAC: «Mi intención es rendir homenaje a esas mujeres que lucharon por nuestra libertad. Para recordarles a todos que las leyes se lograron gracias a esa lucha».
Con una sólida documentación sobre los hechos relatados, la ficción se centra en el personaje de Annie, interpretado con brío por
la actriz Laure Calamy, una madre coraje con dos hijas, trabajadora en una fábrica de colchones en los años setenta, que ha sufrido ya un aborto clandestino y al encontrarse de nuevo embarazada decide recurrir a la ayuda que le ofrece el MLAC, que había desarrollado una red de más de trescientas antenas en todo el país para ayudar a abortar a las mujeres que lo solicitaban, con el apoyo de cierto número de médicos y enfermeras que practicaban el llamado método Karman por aspiración y organizaban también viajes a Holanda para los abortos de embarazos más avanzados.
El encuentro con las militantes del MLAC, y su solidaria generosidad, va a cambiar el destino y la vida de Annie, quien va a implicarse en esa lucha militante, venciendo al mismo tiempo la hostilidad machista de su entorno social y familiar. La película describe bien como se practicaban esas operaciones rodeadas del afecto y la solidaridad femeninas, más allá de la fría relación entre la paciente y el médico. Mujeres de diversos orígenes sociales y con recorridos humanos personales muy diferentes acudían a esas antenas, destinadas a poner término a los abortos clandestinos incontrolados que ponían en peligro la vida de la mujer embarazada.
Laure Calamy, quien tiene ya una larga carrera de actriz en el teatro, la televisión y el cine, ha cosechado dos premiso César de mejor actriz secundaria en «Ava» 2018, y «Seules les betes» 2020; el premio Lumières de mejor actriz en «Antoinette dans les Cevennes» 2021, y fue nominada a los cesar de mejor actriz en 2022 por «Une femme du monde». Blandine Lenoir la había dirigido ya en «Zouzou» 2014. Con «Annie colère» le ofrece de nuevo ahora un papel escrito para ella, en el que encarna la lucha de esa mujer que va a transformar su vida al descubrir la lucha y la solidaridad femeninas.
De relieve también la participación de Rosemary Standley, cantante del grupo Moriarty, en el papel de una militante feminista que acompaña con ternura los sucesivos abortos, susurrando la canción griega «Los niños del Pireo».
En estos tiempos turbios que corren, con el retorno de los neofascistas en toda Europa, la película de Blandine Lenoir viene a recordarnos que nada está definitivamente adquirido, y que hoy como ayer la lucha por la emancipación de la mujer sigue siendo una necesidad absoluta.