Un torneo de ajedrez en España, ha vuelto a poner sobre el tapete las posibles trampas o fraudes existentes, como ya sucediera en el celebrado el pasado verano en Benasque. El Benidorm Chess Open, que finalizó el pasado 11 de diciembre, ha conocido un caso de posible fraude.
Según medios alemanes, el maestro internacional belga Stefan Docx, de 48 años, fue visto con un teléfono inteligente en el baño durante la octava ronda que disputaba ante la gran maestra española de origen ruso Tatiana Grabuzova. Fue descalificado del torneo después de negarse a ser detectado en tres ocasiones.
En el momento de su eliminación Docx contaba con cuatro puntos en siete partidas, por lo que se encontraba lejos de los primeros puestos.
Los resultados de Stefan Docx durante los últimos años ya habían sido motivo de sospechas, contemplando su desarrollo de Elo. En un año y medio, desde septiembre de 2011 hasta mayo de 2013, aumentó su calificación en 160 puntos y obtuvo dos normas de GM.
La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) ya había cerrado un caso contra Docx pero sin resultados. Su posible sistema de fraude superó la detección de trampas del conocido matemático e investigador de la Universidad de Búfalo, al servicio de la FIDE, Ken Regan.
El árbitro principal, Ramón García Pérez, no quiso describir en detalle lo sucedido pero confirmó que fue eliminado del torneo tras rechazar tres veces la prueba del detector. Se ha enviado un informe de este caso a FIDE así como a las federaciones belga, española y valenciana.
Por su parte, Stefan Docx fue requerido por varios medios para dar su versión de los hechos pero no ha hecho ninguna declaración pública.
El torneo se disputaba en el hotel ‘Meliá Benidorm’ y los premios ascendían a 42.000 euros en nueve rondas por el sistema suizo. Se daba la circunstancia que había dos torneos paralelos en la localidad alicantina: El diecinueve Internacional que se disputaba en el Gran Hotel Bali (2-11 diciembre) y el segundo Benidorm Chess Open (3-11 diciembre).
El hecho de la validez para la calificación Elo y la normas para maestro y gran maestro tuvo cierta polémica al coincidir ambos torneos en la misma ciudad y fechas. A pesar de que hay numerosos días en el calendario, por motivaciones básicamente económicas, los dos se celebraron prácticamente los mismos días.
Precedentes
Desgraciadamente Benidorm tiene una serie de antecedentes de casos de fraudes en el torneo que se organiza en el Gran Hotel Bali. En 2010, en el torneo B con categoría para jugadores de Elo inferior a 2000, la estadounidense, de origen ruso, Svetlana Kiseleva fue descalificada por la organización, por ser sospechosa de trampas y cometer fraude. Había obtenido la segunda plaza.
En la misma categoría, pero en 2017, un ajedrecista aficionado, Pedro García, fue expulsado después de que se encontrara en sus pantalones un dispositivo electrónico similar a un control remoto de la televisión. Fue registrado por los árbitros después de que surgieran sospechas de posibles trampas. Algunas de sus partidas habían mostrado un nivel de juego muy superior al de su Elo. Los árbitros informaron del caso a la Federación Española de Ajedrez (FEDA) y FIDE.
Previamente, en 2014, el jugador búlgaro Ivan Tetimov, quien participaba en el sub-2300, fue descalificado tras ganar la novena ronda, que le ponía como líder en solitario, con ocho puntos y una actuación de 2536, muy superior a su Elo de entonces de 2158.
Ante la sospecha de una posible ayuda electrónica, los árbitros inspeccionaron al jugador. Según la primera versión, permitió que le miraran una oreja, pero no la otra, donde se sospechaba que pudiera llevar un pinganillo. Ante este hecho, el árbitro principal le eliminó del torneo. Casi tres años después, en 2017, la comisión de ética de la FIDE lo sancionó con su no participación en competiciones durante dos años.
El ruso Alexander Grischuk sostiene que hay muchas más trampas en el ajedrez de alto nivel de lo que generalmente se supone.
«Desafortunadamente, pocos jugadores son atrapados en el acto. Estamos viendo la punta del iceberg», manifestó a la revista deportiva Sowetzki Sport: «Si alguna vez sale a la luz el verdadero alcance, todos nos sorprenderemos».
El gran maestro suizo Noel Studer, actualmente retirado, también reflejó un caso en un torneo en 2020 donde, a través de intermediarios, le insinuaron que pactara unas tablas con un jugador local para que consiguiera una norma para maestro internacional. Struder no se jugaba nada pero se negó, desde entonces, señala que los organizadores le criticaron y jamás lo invitaron de nuevo a ese torneo.
Y es que es «más fácil condenar a alguien por asesinato que atrapar a alguien por hacer trampa en el ajedrez», según el presidente del club noruego Søråshøgda de Bergen, Ole Johan Valaker.