Encarcelado en Argelia Boualem Sansal, ‘provocador patológico’

El escritor argelino Boualem Sansal –que obtuvo también este mismo año 2024 la nacionalidad francesa– fue detenido el 16 de noviembre, tras su aterrizaje en el aeropuerto de Argel procedente de París. Cabe entender como un sarcasmo de los servicios de seguridad argelinos la fecha elegida para el arresto de Sansal: justo al día siguiente de que se celebrara el Día Mundial del Escritor Encarcelado.

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Caricatura del dibujante argelino Ali Dilem: Detención de Boualem Sansal en Argelia: «Soy escritor» / «Ha empezado a declararse culpable».

Ni en París, ni en tampoco Argel, hubo aviso público inmediato tras esa detención. La alarma surgió entre sus amigos y familiares que se extrañaron de no tener noticias suyas durante varios días. Finalmente, la opinión pública lo supo casi una semana después, por medio del semanario francés Marianne.

https://www.marianne.net/monde/l-ecrivain-boualem-sansal-emprisonne-en-algerie

Desde ese momento, en Francia se alzaron voces pidiendo que se esclarecieran las circunstancias del arresto de Sansal, de 75 años, quien tiene tras de sí una larga trayectoria de críticas duras contra el régimen argelino, al que considera enraizado en la corrupción.

Simultáneamente, es un declarado enemigo de la ideología y las fuerzas de signo islamista a las que compara con los nazis.

Ingeniero y economista, durante años ocupó una dirección general en el ministerio de Industria argelino. En una entrevista con Ignacio Cembrero, en 2008, recordaba aquellos tiempos y se remontaba con ironía a su primer libro «sobre la poscombustión de los turborreactores con los que experimentaba en un laboratorio de Argel».

https://elpais.com/diario/2008/04/12/babelia/1207957819_850215.html

Desde su primera novela, Le serment des barbares (El juramento de los bárbaros), publicada durante la última fase de la guerra civil argelina (1992-2002, llamada también la década negra), Sansal ha ido acumulando obras, novelas y ensayos, así como grandes reconocimientos literarios.

También polémicas y enemigos acérrimos, sobre todo en su propio país de origen, hasta convertirse en un personaje controvertido y, en algunos casos, literaria y literalmente censurado. Por ello, es mucho más conocido en Francia que en Argelia.

Pertenece a una estirpe de escritores argelinos que eligió escribir en francés, lo que provoca todas las reticencias de un país política y oficialmente árabe.

En Le serment des barbares, Sansal describe así el idioma predominante en Argelia:

-La Universidad (…) enseña en árabe [clásico], con una concepción que no tiene en cuenta que los estudiantes no lo practican  y se divierten nada más que su propia forma de hablar, que es el argelino, un galimatías en el que se entrecruzan el tamazight (lengua bereber), el árabe que vino de lejos, un poco de turco medieval mezclado con el francés del siglo XIX y unos toques de inglés new-age.

La Constitución de argelina fue modificada en 2016 para reconocer también al tamazight como lengua nacional, aunque desde la independencia los procesos de arabización forzosa se han sucedido y el texto constitucional (artículo 3) sigue designando al árabe clásico si no como lengua única, sí como «la lengua nacional y oficial».

 En su obra Poste restante, Alger (Lista de correos, Argel), publicada en 2006, se atreve a calcular que apenas 16 ó 18 por ciento de los argelinos son de verdad árabes. En 2016, pude hablar con él en Madrid sobre su propia identidad que Sansal describe así:

Tras investigarlo mucho, me siento incapaz de distinguir entre mi parte rifeña, mi parte kabil (cabil), mi porcentaje turco, mi parte judeo-bereber, mi parte árabe y mi lado francés.

Para las élites políticas argelinas, eso es políticamente sacrílego.  Añádase que Boualem Sansal es de los argelinos que utilizan el concepto «mafia político-financiera» para referirse al régimen, al pouvoir, al sistema predominante en Argelia desde hace décadas.

Sansal contra los ‘charlatanes’

Su choque con los religiosos ha sido constante y del mismo nivel que contra las instituciones de su país. En Poste restante, Alger, cuestiona la afirmación reiterada en su país que pretende resumir la identidad colectiva mediante el dicho «soy árabe lo mismo que musulmán».

Boualem se pregunta qué puede decir en su caso un argelino que sea ateo –como él mismo– o cristiano.

Quienes repiten la máxima precedente son sarcásticamente descritos por Sansal como integrantes de «las muchedumbres endiabladas que adoran entregarse a los charlatanes» (se refiere así a los predicadores islamistas).

Sansal ha exigido en ocasiones que los árabes empiecen por reconocer la extensión del antisemitismo en todo el mundo árabe.

Se ha centrado en sus opiniones negativas sobre el islam, pero extiende sus críticas más alla: «La religión me parece muy peligrosa por su lado brutal y totalitario», reitera siempre.

Se opuso al amplio boicoteo declarado por los editores y los escritores del mundo árabe a la Feria del Libro de París de 2008, en la que Israel fue el país invitado. Y no sólo participó en aquel evento sino que acudió cuatro años después como invitado al Festival Internacional de Escritores de Jerusalén. Aquel gesto fue muy criticado en todo el mundo árabe.

Las anteriores no han sido sus únicas participaciones en conferencias y actos en los que ha sido acusado, acosado e insultado por la mayor parte de los medios de su país.  

En sus declaraciones públicas, no faltan algunas derivas conspiracionistas como acusar a los sucesivos gobiernos de Francia de favorecer «un plan de conquista para someter a todos sus habitantes del planeta al islam» [sic].

Sansal y los conflictos históricos magrebíes

Hace pocas semanas, concedió una entrevista a Frontières, un medio vinculado a la extrema derecha francesa, donde declaró que al empezar la colonización francesa en su país «todo el oeste de Argelia formaba parte de Marruecos».

Según esa perspectiva, naturalmente rechazada en Argel, fueron los colonizadores quienes añadieron esos territorios a una Argelia que no era un país bajo un sistema de protectorado franco-español (como Marruecos), sino un territorio conquistado y –dentro del sistema colonial– de plena soberanía francesa. Sansal dijo que la fijación de la frontera franco-argelina fue un acto arbitrario por parte del gobierno francés de la época.

Al pronunciarse en este sentido, Sansal parece haber aceptado las tesis del nacionalismo marroquí que considera no sólo su derecho a la soberanía sobre el Sahara Occidental (excolonia española), sino también sobre áreas amplias que los nacionalistas marroquíes denominan Sahara Oriental. Justamente los territorios a los que se refirió Sansal en su entrevista con Frontières.

Abdelaziz Rahabi, exministro y exembajador en España, ha señalado que «Boualem Sansal rehabilita el relato colonial y sus contraverdades históricas». Rahabi, sin embargo, cree que el encarcelamiento del escritor puede servir para dañar seriamente la imagen de Argelia.

Ambos países, Argelia y Marruecos, mantuvieron un duro conflicto bélico fronterizo en esa región durante el primer período que siguió a la independencia de Argelia. La llamada Guerra de las Arenas duró desde septiembre de 1963 a febrero de 1964.

En Argel, los medios de comunicación reiteran ahora que Abdelkader Sansal, padre del escritor, fue un rifeño marroquí que emigró de Marruecos a Argelia y que su madre Khadidja Benallouche, que sí era argelina, recibió una educación a la francesa.

Sansal ha seguido teniendo su domicilio en Boumerdés, cerca de Argel, y sólo recientemente obtuvo el pasaporte francés. Sin embargo, en Argelia muchos siguen considerándolo parte de lo que allí llaman en árabe Hib França (o pseudopartido profrancés), una expresión política que incide negativamente en quienes se oponen a los procesos de arabización o defienden opiniones contrarias al peso de los clanes militares en la política argelina. La idea de Hib França se usa incluso contra quienes defienden que el bereber y el árabe dialectal deberían tener un pleno reconocimiento oficial, como es el caso de Boualem Sansal.

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Y estos días la agencia de prensa argelina APS ha descrito a Sansal como «pseudointelectual venerado por la extrema derecha francesa». 

Esos ataques lo sitúan siempre junto a su amigo Kamel Daoud, también argelino y francófono, quien acaba de ganar el prestigioso premio Goncourt 2024. Otro sospechoso de pertenecer al Hib França, a quien alguien acaban de denunciar dos veces en Argelia por supuesto plagio en su última obra (Houris) que se basa en una historia real que ese alguien habría contado como paciente a su esposa psiquiatra.

https://www.lemonde.fr/afrique/article/2024/11/23/le-silence-persistant-de-l-auteur-franco-algerien-boualem-sansal-arrete-en-algerie-seme-l-inquietude-dans-les-milieux-politique-et-litteraire_6409824_3212.html

El diario digital Tout sur l’Algérie cita a la ENTV (la radiotelevisión pública)

https://www.tsa-algerie.com/boualem-sansal-fait-face-a-de-lourdes-accusations-en-algerie/ que ha informado de las acusaciones graves que puede sufrir penalmente Boualem Sansal quien –entre rejas– sería hoy únicamente «un agente de origen marroquí» que se esconde tras la literatura para infringir «la ley de un Estado que considera delito atentar contra su unidad y lo equipara a un acto terrorista» (artículo 87 bis del Código Penal argelino).

Sansal corre el riesgo de ser condenado a cadena perpetua, incluso a la pena de muerte. Ésta sigue vigente en su país, aunque Argelia no la haya aplicado nunca desde 1993.

A no olvidar que la detención de Boualem Sansal ha tenido lugar poco después de que el presidente francés Emmanuel Macron viajara a Marruecos y diera nuevos pasos en el reconocimiento de la soberanía de Rabat sobre el Sahara Occidental.

De modo que hoy se sugiere que Boualem Sansal podría ser acusado de atentar contra la integridad territorial de su país.

En Argel, algunos lo han calificado de «provocador patológico». Una  supuesta patología que quizá nos sirve para describir las diferencias inextricables entre Argelia y Marruecos.

No le favorece que también alcen su voz al unísono y a su favor todos los líderes de la extrema derecha francesa, empezando por Eric Zemmour y Marine Le Pen.

Intelectual brillante y criticable como cualquier otro que interviene en asuntos publicos, de alguna manera Boualem Sansal –una especie de Voltaire argelino– quizá es rehén de la sucesión de sus propios discursos, a través de los cuales ha ido sumando disidencias, algunos desvaríos, así como odios y enemigos. A veces, ha cosechado un amplio rechazo a sus declaraciones públicas, aunque ahora muchos de quienes lo criticaron, se suman a las voces que piden su liberación. El autor Nadir Dendoune, también francés y argelino, lo ha resumido con claridad: «Poco importan las ideas de Boualem Sansal, defenderlo es necesario; porque si aceptamos que lo encierren en una cárcel por utilizar la palabra, estaremos aceptando que nos pueda suceder igual a nosotros mismos».

En 2012, Sansal declaró: «Si uno quiere estar tranquilo no debería escribir, porque hacerlo es exponerse y meter al elefante en los salones».

El sistema de poder argelino parece tener bajo la mesa una larga lista de agravios (reales o supuestos, añejos o recientes) de los que acusar al escritor. Decenas de intelectuales, premios Nóbel y escritores de distintas lenguas exigen su liberación. Entre los primeros firmantes, destaca el nombre de Salman Rushdie. No es casualidad que sea así.

Paco Audije
Periodista. Fue colaborador del diario Hoy (Extremadura, España) en 1975/76. Trabajó en el Departamento Extranjero del Banco Hispano Americano (1972-1980). Hasta 1984, colaboró en varias publicaciones de información general. En Televisión Española (1984-2008), siete años como corresponsal en Francia. Cubrió la actualidad en diversos países europeos, así como varios conflictos internacionales (Argelia, Albania, Kosovo, India e Irlanda del Norte, sobre todo). En la Federación Internacional de Periodistas ha sido miembro del Presidium del Congreso de la FIP/IFJ (Moscú, 2007); Secretario General Adjunto (Bruselas, 2008-2010); consejero del Comité Director de la Federación Europea de Periodistas FEP/EFJ (2013-2016); y del Comité Ejecutivo de la FIP/IFJ (2010-2013 y 2016-2022). Doce años corresponsal del diario francófono belga "La Libre Belgique" (2010-2022).

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