Hans Cranach, Hércules en la corte de Onfalia
Hércules en la Corte de Onfalia, obra del renacentista alemán Hans Cranach, es una obra de la colección permanente del Museo Thyssen Bornemisza. Ahora se trata de una restauración magistral patrocinada por la Embajada de la República Federal de Alemania en Madrid y subvencionada por el Programa de Patrimonio del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, que se exhibe desde el 29 de enero al 2 de marzo en la Galería Central del museo.
Hércules en la corte de Onfalia es un mito del héroe Hércules, hijo de Zeus, en la corte de una reina de Lidia, Onfalia. Es un mito de cambio de rol masculino y femenino, que afianza el matriarcado, se ejerce como castigo o ambas cosas. Hércules llega al reino de Lidia para expiar la culpa por haber asesinado a su amigo Ífito. La reina Onfalia le convierte en su esclavo y amante, le viste con ropas de mujer y le emplea en tareas femeninas. Onfalia, ausente del cuadro, se viste con las ropas y atributos del héroe.
Vemos al gran héroe griego, símbolo de la virilidad y la fuerza, transformado en hilandera, con expresión afligida y rodeado por tres cortesanas; una le mira con deseo, otra con ternura y la tercera mira hacia el espectador como para comprometerle con lo que sucede, el dominio de la mujer sobre el hombre, dominio para el que el mito elige al más fuerte y viril. ¿Quién recuerda aquí al vencedor del león de Nemea, al realizador de doce trabajos imposibles, que han dejado para la posteridad el mito de que todo es posible con ayuda de los dioses y determinación e inteligencia, aunque esto signifique cambiar el curso de un río para limpiar unos establos?
Esta interpretación de dominio femenino nada menos que sobre el más grande de los héroes muestra una vez más la versatilidad e intemporalidad de los mitos griegos, que contemplan cualquier situación humana. Cualquier situación ha sido, es y será posible entre humanos. Las perdices colgando de un cordel, son tradicionalmente un símbolo de la lujuria, no como pecado sino como condición humana. También como referencia a la caza dentro del mito de dominio.
La reflexión sobre ese intercambio de papeles, un motivo muy popular en su época, nos acerca a un asunto de gran relevancia también en nuestros días que ha sido objeto de varios estudios académicos: Hércules, el gran héroe griego y símbolo de fuerza y virilidad, está obligado a hacer tareas que, en aquella época, eran exclusivas de las mujeres. Hay un claro cambio en la perspectiva de género: Onfalia – cuyo nombre no es casual – asume el papel masculino y Hércules, su esclavo y ciego de pasión, el femenino. ¿Quiere esto decir que la pasión esclaviza al ser humano? ¿O quizá, que los roles son intercambiables con toda naturalidad?
Para la restauración se han empleado los métodos habituales: estudio del cuadro para establecer el criterio de intervención y metodología de trabajo. La información obtenida proporciona datos fundamentales sobre el proceso de creación, permitiendo explorar las capas internas. Análisis de materiales, Rayos‐x, fotografía infrarroja y fotografía ultravioleta. Técnicas que revelan una preparación de color blanco bajo las capas de pintura al óleo, alternando capas más empastadas con veladuras que dan profundidad a la pintura. La paleta de colores es muy amplia así como la diversidad de pigmentos que permitieron al artista difuminar las pinceladas con gran sutileza.
Ficha de la exposición:
- Hans Cranach, Hércules en la corte de Onfalia.
- Museo Thyssen Bornemisza. Paseo del Prado 8. Madrid.
- En galería central del 28 de enero al 2 de marzo.
- Visita gratuita