Khieu Samphan y Nuon Chea, los dos mayores dirigentes del régimen de los Khmers Rojos que continúan vivos, han sido condenados a cadena perpetua, el 7 de agosto de 2014, por crímenes contra la humanidad.
Nil Nonn, juez del tribunal de Phnom Penh que apadrina la ONU, ha considerado que Nuon Chea, quien fuera el ideólogo del régimen, de 88 años, y Khieu Samphan, de 83 y antiguo jefe del Estado de Kampuchea Democrática, son culpables de los crímenes “de exterminio, persecución política y otros actos inhumanos, entre los que se encuentran el desplazamiento forzado de la población y las desapariciones”.
En tan solo cuatro años, entre 1975 y 1979, los Khmers Rojos mataron a dos millones de ciudadanos camboyanos, condenaron a trabajos forzados a todos los intelectuales y arrasaron el país dejando tras de sí un desolado panorama de hambruna y esqueletos apilados en fosas comunes, que hoy son el principal material del Museo de la Memoria Tuol Sleng, situado en pleno centro de Phnom Penh, con la excusa de estar construyendo la “utopía marxista de una sociedad de campesinos, sin ciudadanos ni moneda”.
Los dos genocidas octogenarios condenados ahora -detenidos en 2007 y juzgados desde 2011 en un procedimiento abreviado para, según el tribunal, “lograr dictar sentencia antes de que mueran”- se han mantenido firmes todo el tiempo negando las acusaciones y asegurando que no se les puede considerar personalmente responsables de las atrocidades cometidas por todo un régimen.
Los condenados tienen pendiente otro proceso, recién iniciado, relativo a los crímenes de violaciones y matrimonios forzados cometidos con las minorías vietnamita y cham (musulmanes), en las cárceles y campos de trabajo, entre ellos la tristemente célebre S-21, la “máquina de la muerte de los Khmers Rojos”, título del documental rodado en 2003 por el realizador franco-camboyano Rithy Panh.
La S-21 originalmente fue un instituto de educación secundaria construido por los franceses que, en 1975, las fuerzas de seguridad de Pol Pot transformaron en el centro de detención Cárcel de Seguridad 21. Allí estuvieron encerrados más de 17.000 prisioneros; cuando, en 1979, el ejército vietnamita liberó Phnom Penh, solo quedaban dentro siete supervivientes.