No es ciencia ficción y tampoco una novela policiaca. Es el resultado de las pesquisas de los autores materiales de estos secuestros que tienen lugar cada día en España. Normalmente existen dos llamadas; una de ellas de captación de datos. Si dan con un menor le preguntan cosas tales como, ¿cuántos sois en casa?, ¿cómo se llama tu papá? ¿a qué hora regresa tu hermana? Y con ello, navegando por la red, dan con el resto de los datos de la familia.
De esa forma, hilan una conversación, más o menos coherente y le van dando datos a la persona que cogerá el teléfono cuando vuelvan a llamar. En esta ocasión no dará crédito. Tenemos a su hijo con nosotros, se llama Luis, ¿verdad, Luis? En ese momento, una persona grita mientras el interlocutor sigue intentando hablar con usted. Es real. No es una novela y está sucediendo en Madrid.
Normalmente el modus operandi es el mismo y se pretende obtener un rescate mediante el envío urgente de dinero. Ante la familiaridad de los datos, la persona que coge el teléfono responde; suelen recibir todo tipo de amenazas e incluso imitan voces para hacer real el secuestro. Esas llamadas son aleatorias o seleccionadas y todas proceden del extranjero, los autores son hispanohablantes y normalmente lo hacen al azar a horas en donde es normal que estén personas que no trabajan en casa para hablar con niños o personas de la tercera edad que suelen ser cuidadores o abuelos.
Los supuestos secuestradores investigan antes a las familias en el caso de no ser al azar para conocer sus gustos, si tienen o no hijos, para poder entablar una conversación coherente con el sujeto al que van a extorsionar. Las llamadas suelen durar varias horas ya que el extorsionador le irá dando instrucciones hasta “liberar” a su familiar.
Ante el incremento de estos casos en España, sobre todo en la ciudad de Madrid, la policía alerta a la ciudadanía para que no caiga en este tipo de timos, no dé datos en la red, no dé explicaciones a extraños y evite que los menores intervengan en estas conversaciones. Los agentes de la Sección de Secuestros y Extorsiones de la Comisaría General de Policía Judicial, han contactado ya con la Interpol para localizar a los autores de estas estafas telefónicas en el extranjero pero es imprescindible que se denuncie, se den los números de teléfono desde donde se hacen estas llamadas y se den todos los datos que se consideren relevantes. Si no ha pasado nada y todo ha quedado en una amenaza, es necesario que también sea un hecho denunciado para que a la policía le consten todos los números de teléfono a todos los efectos.
En España empieza a ser ya habitual aunque ha venido de México en donde es moneda de cambio. Los países desde donde se hacen las llamadas suelen ser Chile, República Dominicana y México. La colaboración ciudadana es necesaria como también lo es el rigor a la hora de colgar datos en la red, fotos y relatos en relación a vacaciones, alquileres, actividades etc.
Cuantos menos datos se cuelguen menos datos saben de nosotros y es fundamental a la hora de protegerse ante los desconocidos. De momento son virtuales pero las amenazas pueden provocarnos ansiedad, miedo, y nos invitan a realizar actos que normalmente no hubiésemos hecho en el caso de preverlo.
Ante cualquier duda, cuelgue, no responda, no de datos y a continuación, llame a la policía o la guardia civil y declare los hechos.