Hace 39 años, el 5 de enero de 1978, fue detenida y desapareció Leticia Galarza Campos en el Distrito Federal en México.
Foto de Leticia Galarza tomada en el campo militar No. 1Desde entonces, su familia dice haber padecido tortura permanente catalogada como crimen de estado, la desaparición forzada y delito de lesa humanidad. Desde esa fecha, arrancaron del seno familiar a una hija, a una hermana querida, joven trabajadora, estudiosa, ejemplo de vida y de amor.
Sus familiares aseguran que “desde ese momento las autoridades mexicanas han mentido sobre su paradero, al igual que los representantes de las instituciones. Todos los poderes se han burlado de nuestro dolor, de nuestra rabia, de nuestro amor. Pero queremos decirles que no olvidamos. No perdonamos y no nos vamos a cansar hasta encontrarla”.
A Leticia la buscaron desde el 5 de enero de 1978 en los campos militares, en las cárceles; la respuesta fue sido siempre la misma: dicen que no saben donde está.
A continuación, cito el testimonio de su hermana Judith Galarza Campos.
“Hace 39 años que sabemos que nos ocultan la verdad, por eso exigimos juicio y castigo a los responsables materiales como intelectuales. Desde hace 39 años gobiernos van gobiernos vienen, todos se han encargado de encubrir la verdad. Hace 39 años que han tratado de doblegar nuestra voluntad, pero le ha fallado su estrategia porque siempre será más fuerte el amor por nuestro familiar.
En todo ese tiempo, hemos visto pasar sus comisiones de la verdad, sus organismos de derechos humanos como la CNDH, también cómplice de la verdad, comisiones creadas para mediatizar nuestra lucha, pero no podrán jamás doblegarnos, quebrarnos o hacer que abandonemos la búsqueda.
Hace 39 años que hemos visto hombres y mujeres, familiares que han negociando con el Estado, han vendido la dignidad y la lucha de los detenidos desaparecidos y asesinados.
Queremos ratificar que continuaremos luchando por la verdad y la justicia, lucha que nos heredaron nuestros detenidos desaparecidos, quienes lucharon por tierra, alimentación, educación, vivienda digna, respeto a la soberanía nacional.
Desde hace 39 años Leticia se mantiene viva en nuestras mentes y en nuestros corazones. Tenemos desde hace 39 años esta herida abierta y nadie la cerrará hasta obtener verdad, justicia y reparación integral”.