Con más de 50 000 personas trangénero, o transexuales entre 15 y 70 años, lo que significa poco más del 16 % de su población (840 486 habitantes en el censo de mayo de 2016) la alcaldía de la ciudad holandesa de Amsterdam ha editado un manual lingüístico para sus funcionarios destinado a borrar la noción de género en los documentos y comunicaciones oficiales, según una información publicada en “M”, el dominical del diario Le Monde por Jean-Pierre Stroobants.
La guía aconseja –sin obligar”- que a partir de ahora se elimine el “señora” o “señor” para cambiarlo por “queridos conciudadanos, queridos habitantes, queridas personas presentes…”, y que en las partidas de nacimiento figure “chica al nacer” o “chico al nacer”. También se va a intentar ampliar la división entre homosexuales y heterosexuales: se recomienda utilizar “altersexuales” para englobar todas las orientaciones no hetero.
El objetivo es “borrar la noción de género, inútil y discriminatoria”, y demostrar que el lenguaje administrativo puede ser “inclusivo”. Las autoridades municipales estiman que será suficiente “para modificar las costumbres y las normas en vigor”.
Las modificaciones no se refieren únicamente al lenguaje: “al final del verano, el edificio de la alcaldía dispondrá de baños neutros», como ya ocurre en la ciudad de Utrech. Por otra parte, los holandeses no se han dado cuenta, pero en sus tarjetas de la seguridad social y de elector ha dejado de figurar el sexo.
Para el sociólogo de la Universidad de Amsterdam Jan Willem Duyvendak, en declaraciones al diario NRC Handelsblad, «la forma en que la autoridad pública se dirige a las personas las encierra en una identidad, lo que puede tener un gran significado si manifiesta su voluntad de cambiarla».
Como no podía ser menos, los asociaciones LGTB y muchos ciudadanos han aplaudido en las redes sociales la opción que ha tomado la alcaldía de Amsterdam; pero también ha habido quien ha hablado de “locura” y “ridículo”, e incluso quien ha pedido que de ninguna manera se amplíe al resto del país.