Conspiremos con la máxima emoción para dar con el interés que nos hace estar y ser con improvisaciones que nos consentirán las verdades de un barquero que nos amará. Señalemos lo positivo y dejemos atrás lo pésimo.
Nos replicaremos con situaciones de querencia que nos llevarán por esas sendas que nos procurarán estancias repletas de suavidad, con las que creceremos en un mar de fructíferas sensaciones.
Nos abocaremos al estadio divino, con las garantías más reveladoras. Nos hemos sentido en la virtud de una consumación perfecta. Debemos continuar.
Cantemos al alba y seamos en la gratitud más entrañable, que nos ha de posibilitar unos resultados entrañables.
Nos gozaremos con un entusiasmo singular que nos permitirá superar batallas en los instantes más complacientes. Conquistemos con virtud, paciencia y espíritu de colaboración.
Hagamos balances periódicos, con eficaces diagnósticos. Ya vamos y volvemos a los buenos puntos de encuentro, en los que compartiremos las necesidades más variadas. Nos tendremos con un sí que nos eternizará.