Convergen los tiempos en la mañana, y sonríen para nosotros. Alguien dirá que eso es una locura, y yo les añado que bendita demencia la que me provoca, o nos suscita, contemplar la luz de un rostro de esperanza, de confianza, de alegría por esta nueva jornada de la que obtendremos oportunidades desde el compromiso.
Seamos sensatos y ligeros de mente a la vez buscando referencias y pláticas con los demás, y, por supuesto, con nosotros mismos. Nos haremos crecer con perspectivas singulares. Empeñemos los conocimientos en progresar un poco más. Innovemos. Hay eficacias que llevar a cabo.
Como compromiso, alberguemos señales que interpretaremos para elevarnos con anhelos de libertad, con la postura más firme. Lo interesante es que las pongamos en valor sin miedo, adelantando el riesgo que dejamos habitualmente para mañana. Midamos los entornos tratando de averiguar dónde están las dosis de felicidad que precisamos. Nos hemos de ganar.
Hoy es el día: en él se funde todo. Puede que sea el momento. Subrayemos que lo es. Desde ya la cuestión es empezar con entusiasmo. Después de todo, la fe en lo que somos y en lo que hacemos nos sana. Besos y abrazos.