Nos convencemos de lo estelar, y vamos hacia la maravilla de una gratitud que nos propone fragancias renovadas.
Nos invitamos a ser. Es bueno que cojamos las mejores mieles. Hemos de dar paseos que nos impriman sensaciones claras.
Nos alzamos ante los obstáculos y nos mostramos capaces. Marcha la vida. Hemos de restañar las heridas con una óptima creencia en lo que somos capaces de realizar.
Vibramos con energía. Hemos de rescatarnos de las impaciencias, de las oscuridades. No nos quedemos en los asombros permanentes. Actuemos.
Nos debemos dar cariño y reflejos para ser en la certeza de que hemos de buscar el lado positivo, que nos ha de enseñar que el tiempo es limitado y, por ende, debemos sacar provecho de él.
No vivamos en la evasión, pero tampoco en el sacrificio permanente. La existencia es entrega. Eso implica un poco de todo.