Agresores de la prensa en Guatemala

Ileana Alamilla[1]

Durante el segundo trimestre de este año, las agresiones en contra de la libertad de expresión y de prensa en Guatemala se incrementaron en relación con el mismo período del año anterior, registrándose un total de 13 casos, entre los que resalta el asesinato de un comunicador en Jutiapa, el segundo asesinado en ese departamento. La mayoría de violaciones a estas garantías fueron amenazas, agresiones físicas y verbales, robo de equipo, obstrucciones a la fuente y el allanamiento a un medio.

En la capital fue donde ocurrieron más hechos, pero también se denunciaron violaciones en Jutiapa, en Escuintla, San Marcos, Jalapa, Huehuetenango, Retalhuleu, Sololá y Alta Verapaz.

Como ya se ha vuelto usual, son las autoridades, especialmente los alcaldes, la Policía Nacional Civil, pobladores, estudiantes y vecinos, los señalados como responsables. En las cercanías de la Plaza de la Constitución, la reportera Alejandra Cano y el camarógrafo Juan Carlos Rodríguez, ambos de T13 Noticias, fueron víctimas de amenazas, robo de su equipo de trabajo y destrucción del vehículo del noticiero, cuando cubrían un enfrentamiento entre agentes de la Policía Municipal y vendedores ambulantes.

El corresponsal de Prensa Libre en Jalapa, Hugo Oliva, fue obligado por un soldado a entregar su identificación, durante el estado de Excepción en el departamento; el militar tenía órdenes de no permitir que se tomaran videos o fotos de los operativos, fue retenido por varios minutos hasta que se comunicó con un oficial que lo dejó ir.

Carlos Alberto Salgado, editor del semanario El Defensor, en Retalhuleu, denunció amenazas de muerte en su contra, recibidas en su celular, probablemente por publicaciones en las que menciona a funcionarios de gobierno del departamento.

Los periodistas de Alta Verapaz, Otoniel Esaú Rivera Rivera, corresponsal de los diarios Siglo 21 y Al Día e Irma Elizabeth Tzi Yat, de Nuestro Diario, denunciaron amenazas de muerte, a raíz de la cobertura que dieron de la detención de supuestos violadores en el departamento. Estos son algunos de los casos.

La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la OEA ha reconocido el valioso trabajo de quienes ejercen el periodismo en nuestra región y llamó a los Estados a adoptar mecanismos eficaces de prevención y protección frente a circunstancias que puedan amenazar la vida, seguridad o integridad personal de las y los comunicadores.

También insta a las autoridades a erradicar las causas que fomentan y perpetúan la violencia contra las y los periodistas y trabajadores de los medios, y a tomar todas las medidas necesarias para acabar con la impunidad de estos crímenes.

El Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha destacado que la libertad de expresión es un instrumento esencial para el funcionamiento de los sistemas democráticos, para la denuncia contra la arbitrariedad y la lucha por los derechos de las personas.

Es irónico que quienes atacan a periodistas sean los mismos que deberían protegerlos o aquellos a quienes dedicamos nuestro trabajo.

Y el presidente no pone en práctica el Programa de Protección a Periodistas.

  1. Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, fallecida en enero de 2018.

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