En una entrevista concedida al diario alemán Der Spiegel, Alexei Navalny, el más célebre de los opositores rusos, ha acusado al presidente ruso, Vladimir Putin, de haber encargado el envenenamiento que sufrió el pasado 20 de agosto de 2020, y que estuvo a punto de costarle la vida:«Putin está detrás del crimen –ha dicho- no tengo ninguna otra versión de cómo se desarrollaron los acontecimientos».
Se trata de la primera entrevista concedida por Navalny, abogado de 47 años que lleva mucho tiempo denunciando la corrupción de las élites del régimen ruso, tras su salida del Hospital de La Caridad de Berlín, donde estuvo un mes ingresado tras sufrir un desvanecimiento y caer en coma en el avión que le trasladaba a Moscú desde la localidad de Omsk, en Siberia, donde había participado en un mitin electoral.
El diagnóstico final, ratificado por cuatro laboratorios occidentales (alemanes y franceses), que encontraron restos en los botellines de agua que Navalny consumió en la habitación del hotel donde se hospedó en Omsk, es que se trató de un envenenamiento con un tóxico llamado Novitchok, un producto desarrollado por el ejército ruso durante la guerra fría y utilizado anteriormente al menos una vez, en marzo de 2018 en Londres, con el agente doble ruso-británico Serguei Skripal y su hija Yulia.
Para Navalny, la orden de atentar contra su vida «solo ha podido partir de tres hombres, el director del FSB, el jefe del servicio de la inteligencia exterior o el jefe de la inteligencia militar, el GRU. Y ninguno de ellos puede tomar una decisión así sin una instrucción de Putin».
Navalny también ha dicho que los médicos rusos, que en principio se negaban a permitir que fuera trasladado a Alemania, habían «mentido» acerca de su estado, presionados por el FSB. En efecto, los facultativos rusos negaron en todo momento que se tratara de un envenenamiento y diagnosticaron «problemas de metabolismo».
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dicho que las acusaciones de Navalny son «inadmisibles e infundadas», y ha asegurado que «los servicios occidentales de inteligencia trabajan con él (Navalny)…En este momento, trabajan con él instructores de la CIA».
Por su parte, Navalny ha confirmado su intención de regresar a Rusia una vez terminada la convalecencia: «No volver significaría que Putin ha conseguido su objetivo. Yo tengo obligación de seguir siendo el tipo que no tiene miedo. ¡No tengo miedo! Y no pienso hacerle a Putin el regalo de no regresar a Rusia».