La enfermedad de Alzhéimer debuta sigilosamente hasta que es diagnosticada por un neurólogo. En los años anteriores puede que la persona afectada se vea de igual forma alterada en cuanto a su conducta sexual; bien por defecto o bien por exceso, el deterioro cognitivo lleva consigo una importante alteración del deseo sexual que llega a ser hasta inapropiado.
Palabrotas, groserías inesperadas en contexto sociales, un inopinado deseo sexual, son entre otras manifestaciones de una sexualidad descontrolada que llega a afectar a la familia. Siempre hablamos de deterioro cognitivo, pero olvidamos que la progresiva demencia que va apoderándose del paciente también lo hace en el área sexual. Los pocos estudios científicos que lo abordan tratan la hipersexualidad de los pacientes y una exacerbada desinhibición de las pulsiones sexuales que llegan a realizar en los más grotescos lugares. Desde estar en la cola de la farmacia y decirle a la persona de enfrente palabras groseras, hasta en un evento social lleno de personas desconocidas pueden lanzarse a por una sin educación alguna y sin control.
Desde el ámbito sociosanitario o psicosocial, no existen protocolos de actuación que puedan abordar estos cambios conductuales sexuales y a la familia, aunque cuando estos ya son disruptivos, normalmente se le advierte que estas situaciones repetidas que son socialmente inaceptables pueden llegar a ser muy conflictivas. La pérdida de control de los pacientes en este terreno depende en parte de cómo han sido en su vida sexual anterior, si bien, pierdenn la capacidad de valorar lo que es adecuado de lo que no lo es.
En algunos casos de demencias precoces, puede que a partir de los 45 años vean alterada su actividad sexual y las proposiciones que le hagan a desconocidos puedan no ser reconocidas por su propia familia. No existe, en todo caso, intencionalidad alguna, advierten desde la Sociedad Española de Psicogeriatria, dado que el control de la conducta y de los hábitos sociales corresponde a la muerte de las neuronas del paciente afectado
Hay que destacar que estos pacientes pueden que vean su propia vida sexual afectada en los años anteriores a que debute esta patología; dado que a pesar de la edad, el deseo no desaparece y pueden existir cambios conductuales algo perturbadores para la otra persona que desconoce a su pareja. En relación a este tema, según ha advertido la Confederación Española de Alzhéimer, (CEAFA) en una publicación, es un tema que aún no se aborda con normalidad en las familias y tanto los cuidadores, la pareja o los hijos, desconocen estos brotes de hipersexualidad del paciente, lo cual, les lleva a no saber comportarse cuando tienen lugar.
En el lado totalmente opuesto, muchos pacientes optan por no lavarse, por no salir, por no tener vida sexual alguna y por dejar de ser persona hasta diez años antes de debutar la enfermedad y ser diagnosticada. En otros pacientes existen conductas agresivas o violentas porque el paciente deja de tener control y se vuelve impulsivo, autoritario y demanda relaciones cómo y cuándo él quiere. Los altos niveles de angustia, ansiedad e impulsividad pueden llegar a ser muy violentos en el caso de la penetración y según apuntan los investigadores del National Ageing Research Institute de Australia, es necesario comprender qué está pasando para saber actual en consecuencia.
No es cierto que los pacientes se enamoren de otras personas, apuntan, como tampoco es cierto que se vuelvan dependientes de sus cuidadores. Para ambas cuestiones, las neuronas son necesarias a pleno rendimiento. En los casos de excesivo acoso o falta de control de los impulsos, es necesario que el paciente tome inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina utilizados normalmente como antidepresivos para poder control dichos impulsos, así como para hacer que disminuya la libido; todo ello pautado por un geriatra que verá en tiempo y forma, el desarrollo de dicha enfermedad. De igual forma, se han probado algunos tratamientos hormonales para disminuir la sexualidad en algunos casos en los que existe un descontrol absoluto por los pacientes, sobre todo en demencias frontotemporales. En cualquier caso, la familia, la pareja y el cuidador debe estar informado que estos episodios son normales en cuadros de desarrollo de ciertas demencias y en el Alzhéimer en particular.