Amianto: ¿cómo afecta a la salud?

En los últimos días se está hablando en España de los trabajadores afectados por amianto. El amianto es uno de los carcinógenos ocupacionales más importantes que provoca muerte por cáncer profesional según cita la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En este sentido, se sabe desde los años 30 que provocaba ya entonces, fibrosis pulmonar. Ahora sabemos que desencadena en carcinoma de pulmor y mesotelioma (tumor difuso maligno del mesotelio que afecta a la pleura, peritoneo y pericardio). La presencia de amianto sugiere que el paciente puede tener un diagnóstico asociado al cáncer tras estar expuesto a él entre diez y veinte años. También se conoce que el cáncer de laringe así como patologías asociadas a la pleural; derrame pleural, placas pleurales y atelectasia redonda, pueden deberse a la exposición al amianto.

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Si esto sucede y el trabajador confirma su diagnóstico, las empresas pueden estar incurriendo en un delito contra los derechos del trabajador. Ese es el caso de metro de Madrid o de Buenos Aires. Sí se ha reconocido que una enfermedad profesional como la asbestosis la padece al menos un trabajador del suburbano, (esta enfermedad es un tipo de cáncer por inhalación de asbesto base del amianto).

Esta sustancia ha sido utilizada a lo largo de siglos tanto en asilamientos térmicos, como en productos textiles, siderurgia, automoción, construcción ferroviaria, naval, etc.  En España durante todo el siglo XX se consumieron cerca de 2.600.000 TM(Toneladas métricas) y fue en 2002 cuando se prohibió su uso. Esto ha supuesto que el amianto ya instalado tanto en conducciones, tejidos, depósitos, techos, calderas, etc. siga haciendo imposible que no se filtren fibras al ambiente y por tanto, siga existiendo un riesgo de cáncer.

En determinadas profesiones como no existe particularmente el aislamiento adecuado, tanto fontaneros, electricistas, mecánicos, etc, si no siguen los debidos protocolos la exposición al amianto es diaria. Hay un grupo de personas que padecen estas enfermedades y no han estado expuestas directamente. En este sentido, son familiares afectados por la ropa de trabajo u otras sustancias impregnadas llevadas al domicilio. Asimismo los afectados por exposiciones ambientales son también un grupo de riesgo.

La liberación de fibras de amianto al ambiente y su posible inhalación por los usuarios del metro hace que no se pueda saber cuántas personas estarán afectadas en los próximos años, si bien, se considera que directamente las que han trabajado bajo tierra más de un lustro podrían ser pacientes en un momento dado. Existe una ligera sospecha de que el número de fallecidos atribuibles a exposiciones por amianto, tanto laborales como familares ha supuesto la muerte de al menos 2.000 personas en España en un año; es decir, un 4 % de los fallecimientos por cáncer de pulmón serían por la exposición laboral al amianto no por otras causas.

Hay ciertamente un vacío legal en torno al reconocimiento de las víctimas por parte de la seguridad social dado que no existe un registro real de estos fallecidos. Asimismo existe por este infrareconocimiento una privación a las víctimas del amianto de sus derechos en términos de prestaciones y de reconocimiento social. Hay que resaltar que no existe una prevención de riesgos asociada al amianto y en ese sentido, no se contempla en las empresas que saben que existe.

El desamiantado es la única forma de que no exista un número in crescendo de muertes producidas por amianto ya que se calcula que en dos años habremos asistido a la muerte de al menos 1.300 personas por estos cánceres directamente asociados a él.

Si consideramos que es un problema de salud públia tendríamos que reconocer en primer lugar, que los pacientes son víctimas de su trabajo y por tanto tendría que ser reconocido como tal a todos los efectos. Existe en España un programa integral de vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos al amianto (PIVISTEA) que protege y cifra a los mismos una vez que tienen síntomas. Cerca de 40.000 trabajadores están incluidos en él y abarcan 2.500 empresas en 15 comunidades autónomas.

Los políticos deben asumir el problema e impulsar programas de desamiantado para evitar la exposición de material cancerígeno que ya se ha cobrado suficientes víctimas.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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