Qué lejos de aquella joven Angela Dorothea Kasner, futura Merkel, dirigente comunista y luterana practicante, queda el Martín Lutero de “Del comercio y la usura”…
Alemania Oriental, años setenta. Eran tiempos -no tan lejanos, eh- en los que el capitalismo salvaje aún no había reparado en Angela Dorothea Kasner, una escolar sobresaliente en ruso y matemáticas, miembro de la organización de pioneros Ernst Thälmann y luego militante de la Freie Deutsche Jugend (FDJ), la organización de las juventudes comunistas de la Deutsche Demokratische Republik, DDR (República Democrática Alemana, RDA) antes de adoptar el apellido de su primer marido, Ulrich Merkel. La hoy implacable emperatiz del euro vivía en un país en el que mandaban los billetes de 100 y 50 marcos con las efigies de Carlos Marx y Federico Engels
Qué lejos de la joven lideresa comunista Angela Dorothea Kasner, futura Ángela Merkel, hija de pastor luterano y luterana practicante ella, queda el Martín Lutero de Von Kauffshandlung und Wucher (“Del comercio y la usura”), la inopinadamente silenciada obra luterana en la que el padre de la Reforma Protestante sienta unos principios de política económica mucho más cercanos a los idearios de las plataformas de lucha por los derechos sociales en el Sur de Europa que a los dictados de la insaciable voracidad de intereses de la banca de la Alemania merkeliana a costa de la aplicación de inmisericordes políticas de austeridad ya se sabe contra quienes.
Un error considerable -otro más- procede decir que ha cometido Angela Merkel cuando, en su alocución de 36 minutos el 5 de noviembre de 2012 al Sínodo de la Iglesia Evangélica Alemana (Evangelische Kirche in Deutschland, EKD en su sigla en alemán), reunido en el exclusivo complejo turístico Timmendorfer Strand de Lubeca en el Mar Báltico, va y dice que agradece a Martín Lutero el logro de una sociedad “madura y responsable”. Perfecto… si se estuviera refiriendo a las sufridas sociedades diezmadas en los Estados del Sur de Europa que protestan contra la austeridad impuesta por la Alemania rica en el más puro estilo, “solo” que al revés, de la Reforma Protestante cuyo Quinto Centenario se dispone a celebrar a bombo y platillo la EKD en 2017.
Ya está bien de hacerle el caldo gordo desde los entornos religiosos a la caudilla de Europa que no pestañea a la hora de poner a “los mercados” por encima de los individuos, los Estados, el sursum corda y la propia feligresía luterana que tanto empeño ponen en decir que practica Angela Dorothea Merkel. Ay, si el bueno de Martín Lutero, implacable fustigador de especuladores y usureros, levantara la cabeza…
El discurso en la Alemania merkeliana es bien sabido: en los países Euro-Med no damos un palo al agua, estamos todo el día de fiesta, de la playa a la tasca y de la siesta a la francachela y el sarao del día. Vivimos ‘por encima’ [¡sic!] de nuestras posibilidades con el dinero que llega a España de la rica por austera Europa Central. Doble falacia: es física y hasta ontológicamente de todo punto imposible vivir ‘por encima’ de las posibilidades que se tienen o de que se dispone y las ‘regalías’ monetarias generan unos intereses astronómicos que en el caso de España van camino de llevarnos sin remisión a un horizonte de ocho millones de pobres…
«El ‘schnapps’ disfrazado de noviembre»
La FDJ, organización desde la que Merkel iniciaba su meteórica carrera política, era entonces el modelo que la férrea dictadura comunista de la RDA exportaba a las vecinas dictaduras del Telón de Acero, en las que reinaba la paz de los cementerios. Parodiando ad hoc a Federico García Lorca en su poema sobre la Guardia Civil, diríase que el schnapps de las botellas “se disfrazaba de noviembre para no infundir sospechas”.
¿Cómo era la vida en la Alemania comunista en la que la ciudadaba Merkel no era una más de la mayoría silenciada, tampoco figura decorativa ni «pasaba por allí», sino una muy influyente camarada?
- El salario mínimo fijado por el Estado de la DDR (Deutsche Demokratische Republik, República Democrática Alemana, RDA) era de 400 marcos. Una dependienta ganaba entre 600 y 800 marcos; un ingeniero hasta un máximo de 1.200 marcos.
- Viviendas, tiendas de alimentación, bancos, empresas de energía… todo pertenecía al Estado.
- Los alquileres, congelados desde 1936, no subían de un marco el metro cuadrado.
- Los restaurantes eran un lujo.
- 5 marcos costaba el abono mensual del metro-tran-bus en el recorrido más largo, Berlin-Treptow a Berlin-Mitte.
- La mantequilla, 25o gramos, y con menos materia grasa que en la Alemania Occidental (Deutsche Bundesrepublik), costaba 2,40 marcos.
- Tomar una cerveza al día, la botella común de medio litro Rostocker o Hasseröder a razón de 92 pfennig (céntimos de marco), sumados al 1,60 marcos de una cajetilla de 20 cigarrillos estándar sin filtro de las marcas Karo, Real o Salem subía a fin de mes a 76 euros, el 19% del salario mínimo. No digamos ya la cerveza tipo export o spezial como la Radeberger Export a 1,28 marcos, o cajetillas de cigarrillos con más caché, con filtro, king siz , como Club (4 marcos) o Duett (6 marcos), o cigarrillos de marcas usuales en Europa Occidental (de 6 a 8 euros).
Obviamente, estos eran los precios para el pueblo, los súbditos, la mayoría silenciada. Para los «conectados» había lógicamente atajos y precios B.
15 años de espera para la entrega de un coche
Un coche típìco en la RDA, el Trabant, al que todos llamaban Trabi, costaba 10 000 marcos. El plazo de espera de los compradores hasta la entrega del vehículo se prolongaba hasta quince años.
Absolutamente prohibitivos eran los precios de los computer. El kit pletina + teclado plano de aluminio del equipo pequeño Z1013 costaba 650 marcos; 960 marcos el Kleincomputer KC 87 S/W (1988/89); 2. 150 marcos el KC 85/4 (4.600 marcos hasta julio de 1989); unos 25.000 marcos el Bürocomputer PC1715 con unidad de disquetes de 5 1/4″ (1985); y 62.226 marcos el ordenador A7100, más 3.095 marcos el conjunto de discos del sistema operativo
Las prestaciones sociales a la mujer eran ciertamente avanzadas: toda mujer casada tenía derecho a un día libre al mes remunerado para los trabajos de casa. La prestación por maternidad era de 1000 marcos, 250 por adelantado.
Otra cosa eran las pensiones: 300 euros para los obreros -otra cosa eran las de los pensionistas de «la inteligencia», pues clases sociales, haberlas, habíalas-.
Si pudiéramos votar este domingo…
A fecha de hoy, en la ex RDA viven 1,8 millones personas menos que en 1989. Es la expresión de la doble tristeza del ‘schnapps’ de las botellas del pasado en la dictadura comunista y el colosal desencanto de la supuesta ‘benéfica’ acción del capitalismo salvaje.
La más prominente de los trasladados a Occidente, la candidata a la cancillería que, de podar votar el próximo domingo los europeos mediterréneos afectados, sin duda un gran favor haríamos a Europa… empezando por una propia Alemania ojalá pronto posmerkeliana…
Hemeroteca PES
- Manuel López. 14N: Alemania, la manipulada sombra de Lutero
- Manuel López. Si Lutero levantara la cabeza…
- Manuel López. De cuando los alemanes hablaban bajito (y 3)
- Manuel López. De cuando los alemanes hablaban bajito (2)
- Manuel López. De cuando los alemanes hablaban bajito (1)