Las cosas más sencillas suelen ser muy complejas. Como el amor incólume de un obrero, como una muñeca de trapo salida de las manos creadoras de la abuela, como el arcoíris que ilumina el cielo pese al aguacero. Hay cosas que son simplemente complejas como la vida toda de nuestro vecino Aquiles Nazoa (Caracas, 1920-1976).
¿Quién dijo que las posiciones críticas se deben apalancar con el ceño fruncido? El humor inteligente no sólo es una opción: es la mejor estrategia para realizar señalamientos agudos sobre situaciones injustas, para denunciar atropellos y para salvarnos la vida ante los ataques de quienes ejercen el poder hegemónico.
La obra poética y dramatúrgica de Aquiles Nazoa es claro reflejo de ello. No hacen falta palabras ilustradas. ¡Ah, carrizo! Bienvenidos sean los “corotos”, las “ñapas” y “puyas”, el “culebrón” con su “llantén”. No hay fórmula más docente que la fábula. Para este caraqueño emprendedor que tras dedicarse necesariamente a múltiples oficios optó por el ejercicio de la palabra, no hay cuestión común que por trascender no venga. Así, el tranvía, los animales de Caracas, la radio, las taguaras, los sainetes, el cine son costumbres y vocablos que caben en la perfección de un poema o en los parlamentos de una obra teatral.
Además, Aquiles Nazoa es un ejemplo a seguir para quien milite en el arte, oficio y compromiso de la comunicación social. En su trabajo periodístico no fue del tipo de gente que arruga las palabras para que le quepan en la trampa o vocifera la confidencia, amarillea lo noble; deniega, aplaza, delega, ignora. Él siempre fue de los que se conduelen, se indignan cuando se topan con las injusticias que pueblan esta patria que no es lo que anhelamos pero que se reinventan en esta misma patria que aunque todavía no esté vive ya y nos constituye en el sueño que nos despierta, en la esperanza que alimentamos, en el riesgo del cariño, en la batalla que peleamos, en aquello que nos enamora.
Se inicia en su trabajo periodístico desde muy joven cuando debe trasladarse a Puerto Cabello tras la muerte de su padre. Allí dirige el diario “El verbo democrático” cuya publicación crítica le valdrá muy pronto la cárcel durante el mandato de López Contreras. Posteriormente, trabaja en “Últimas Noticias” y “El Nacional” y el semanario “El Morrocoy Azul” teniendo su consagración como comunicador en la dirección del también semanario “Fantoches”. A esta participación en medios impresos se une su sin igual programa “Las cosas más sencillas” cuya conducción aguda hacía resaltar lo humano y trascendente de cualquier suceso o ritual tradicional sobre la trivial cotidianidad.
Del puño y letra de otros autores
La obra completa de Aquiles Nazoa es referencia permanente para el quehacer de los poetas venezolanos. Por ejemplo, Perucho Aguirre, músico, compositor y reconocido cultor popular, comenta: “Yo conservo para búsqueda y consulta permanente, guardadas en carpetas bien nombradas, las obras de Jesús Rosas Marcano, de Efraín Subero, de un ser del llano como lo es Barrios Cruz, pero de todas esas carpetas la que me es más útil es la de Aquiles Nazoa: por su versatilidad, por su gracia de hacer humor con lo serio. En nuestras escuelas, al igual que a los niños se les obliga a estudiar matemática, castellano, inglés, computación, debería haber una cátedra específica sobre Aquiles por lo grandioso de su obra. No hay como él para conjugar la venezolanidad, el criollismo ¡Hay que ver todo el bagaje de poesía que encierra su obra!”.
Por su parte, Juan Antonio Calzadilla Arreaza agrega: “Si debo señalar una obra de Aquiles Nazoa, así en singular, te debería decir que la que prefiero y releo es ‘Humor y Amor’. Esa es una obra compleja que da cuenta de la profunda lucidez y lirismo de su autor. Nos muestra su claridad política. Aquiles es un intelectual que no se dejó seducir por las galas de la cultura dominante sino que se volcó al pueblo que es el sujeto y destino de todo hecho cultural. Pudiera definirse como la intelectualidad con lealtad amorosa a las clases populares”.
Para Gustavo Pereira, poeta venezolano esculpido a sol y pueblo, mirando las letras que sostengo en las manos, me cuenta: “Mi admiración por Aquiles Nazoa data de mi infancia preadolescente, cuando gracias a mi padre, quien lo compraba infaltablemente todas las semanas, leí por primera vez en El Morrocoy Azul donde Aquiles colaboraba, sus versos y parodias teatrales. Desde entonces comprendí, gracias a él, que humor y amor no sólo son parónimos sino siameses de inmortal sinonimia. Aquiles los supo conjugar con gracia, ternura, sabiduría y dignidad, inmerso en los cauces del habla popular venezolana y en los más preciados y rotundos anhelos redentores de la humanidad. Por ello, si he de resumir en pocas palabras su legado, te diría que nos dejó, sobre todas las cosas, eso: gracia, ternura, sabiduría y dignidad”.
Xulio Formoso, pacífico artista con pinta de sabio, en 1976 grabó el disco Levántate Rosalía, realizado enteramente con poemas de Aquiles musicalizados por Formoso. Al preguntarle sobre cuál considera que es el valor de la obra de Aquiles para la identidad cultural venezolana, responde: “En un país donde el humor suele casi siempre ir corriendo en paralelo con lo circunstancial, Nazoa es sin duda uno de los autores emblemáticos y más representativos de la cultura popular venezolana, manifestando siempre una conciencia crítica que induce a la reflexión, trascendiendo esa circunstancialidad e inmediatez”.
Necesitamos gente como Aquiles. Gente que ha entendido que es necesaria una nueva voluntad política y una nueva y específica organización de esa voluntad. Que es necesario que todos y todas demos valor de ley y compromiso al deber de favorecer la vida y todas sus expresiones y de no exterminar, no hacer pactos con la muerte aunque sea por inercia, por omisión o por indiferencia. Gente que vivifique los principios y valores de la Comunicación Popular: participación, diálogo, criticidad, trabajo en equipo, partir desde lo cotidiano, integralidad, consideración de lo subjetivo-lúdico y afectivo. El Ruiseñor de Catuche, como amorosamente es recordado, nos enseña que un comunicador social es un ser que elabora utopías, crea esperanzas.
Y, así, llega el premio. Nazoa es reconocido con el Premio Nacional de Periodismo en 1948 y el Premio Municipal de Prosa, en 1967. Son premios que pregonan que es necesario sin más tardanza escoger, obrar, crear y vivir para hacer vivir. Pero, y muy por encima de ellos, nuestro Aquiles puede continuar eternamente creyendo en sí, puesto que no solamente hay alguien sino que es todo un pueblo quien le ama.
Hay gente que perpetua su alma. Arte hecho de carne y hueso que se esfuerza, se afana cada día, se te atraviesa en la calle y reconociendo la urgencia del verbo, adjetivalmente se ennoblece ante un sustantivo siempre plural.
Hay lugares del alma donde nunca podrá haber silencio, donde siempre se tendrá la puerta abierta para recibir y hospedar a la gente como Aquiles Nazoa. Y es que el amor es y será siempre el mayor reconocimiento para quien vivió de humor y amor encendido.
Autores:
- Palabra: Ileana Ruiz
- Ilustraciones: Xulio Formoso
Gracias por tus regalos, los mismos que te alejan de la miseria humana, tus escritos unidos a las ilustraciones del polifacético XF, hacen que se nos olvide q en nuestra Patria hay personas que solo utilizan las palabras para causarte náuseas. En compensación les regalo mi humilde Amor Virtual, que no por eso deja d ser AMOR.
Excelentes como siempre, los artículos de Ileana. Los dibujos de Xulio Formoso extraordinarios, como es habitual en él. Me queda la duda de si este Xulio es el mismo Xulio músico y cantautor venezolano. Supongo que sí ya que ese nombre y apellido no son muy comunes. Me complace sobremanera ver que también sus ilustraciones están acompañando a otros periodistas de este portal. Y felicitaciones a todos los que hacen posible este periodistas-es.com. Ojalá tuviéramos más como este.