Roberto M. Cataldi Amatriain[1]
La Academia Argentina de Ética en Medicina, una vez más, expresa su honda preocupación por el deterioro del sistema de salud y la situación de los médicos.
La problemática de los médicos para sobrevivir es cada vez más compleja, como en otros sectores sociales: salarios bajos, no acordes con la función y la responsabilidad, pluriempleo, falta de descanso programado, y el agotamiento (burn out) que repercute en el desempeño.
La crisis de sobrevivencia comprende desde los recién graduados hasta los jubilados.
Voces de alerta temen que lleguen a faltar médicos, hecho curioso por ser uno de los países en el mundo con mayor número de médicos por habitante. Muchos se gradúan y no ejercen, otros abandonan la idea de hacer una residencia u otra capacitación. La docencia y la investigación están a la intemperie.
Crecen las quejas de los pacientes por la demora en los turnos, hay violencia hacia el equipo de salud, al que responsabilizan de la situación actual (agresión desplazada), y es notoria la baja calidad prestacional en algunos casos.
Problemas estructurales de vieja data que se naturalizaron, y la disrupción pandémica los visibilizó y profundizó.
El factor salarial es ineludible, pero aún con los mejores salarios del primer mundo no se solucionarían, porque la crisis va más allá de lo económico.
Los médicos de mi generación solíamos irnos unos años a Europa o los Estados Unidos para vivir otras experiencias y, regresábamos capacitados científicamente y enriquecidos humanamente. Hoy son muchos los jóvenes colegas que se van para no volver, pues, buscan desarrollar su proyecto de vida en un medio que les posibilite una vida digna… Es comprensible, pero lamentable.
El maltrato alimenta la frustración, cuando no el enojo, y no pocos médicos perciben que nadie los cuida, y hasta se los explota.
El ethos de una de las más nobles profesiones está en crisis. En efecto, una profesión con espíritu vocacional, que demanda gran esfuerzo para cumplir con su misión humanitaria, donde los principios y valores son un imperativo categórico.
- Roberto M. Cataldi Amatriain, es presidente de la Academia Argentina de Ética en Medicina
