Dibujas un paisaje emocionado que nos distingue. El cimiento es la buena intención, base de cualquier menester u oficio. Por eso me gusta la previsión del día que nos brindas. Has dispuesto que todo esté en paz y en justo equilibrio. Gracias. Te debemos lo que no podemos referir.
Nos hemos levantado con ansias de entendernos incluso con los que no quieren vernos. Es su problema el advertirnos como contrarios. El tiempo nos hará cómplices de una amistad sin revanchas. La otearemos ambos. No persigamos reticencias. No debe haberlas. Procuremos una óptima cosecha. La elucubro.
Entendamos que la magia nos lleva a los milagros si los contemplamos sin adivinanzas estériles. No nos camuflemos. Seamos cuanto portamos en el interior desde una colmada experiencia de cariño.
La sensatez nos ha de mover con montañas de consideraciones nobles. Albergamos una pura capacidad si disfrutamos de lo sencillamente ideal.
Nos debemos fundir con los más altos valores y con el afán de proseguir hacia los objetivos, siempre realizables, de entendimiento y concordia. Representas la esperanza, y no como una utopía o quimera, sino como la gran verdad que nos trae el amor al prójimo sin renunciar al equilibrio entre lo personal y lo colectivo.
Hemos hecho los deberes. Nos apasionamos sin egoísmos inútiles, y avanzamos. Es justo reconocerlo.