Ban Ki-moon se apronta para terminar sus dos períodos al frente de la secretaría general de la ONU este 31 de diciembre de 2016. Tras diez años en el cargo, su mayor decepción es la «falta de avances en la eliminación de las armas nucleares», informa Thalia Deen 1 (IPS) desde Naciones Unidas.
Ban Ki-moonGran defensor de un «mundo sin armas nucleares», Ban dijo el 23 de agosto en el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas): «la agenda de desarme se estancó en varias áreas», en parte por los continuos ensayos atómicos de Corea del Norte y por un multimillonario programa de modernización propuesto por Estados Unidos.
Incluso, observó que es desalentador que el progreso para eliminar las armas nucleares «haya caído en un estancamiento displicente con el regreso de algunos de los argumentos desacreditados y utilizados para justificar su uso durante de la Guerra Fría», se lamentó.
La eliminación de las armas de destrucción masiva fue uno de los principios fundadores de la ONU y objeto de la primera resolución de la Asamblea General hace 70 años. El foro mundial continúa su incansable campaña contra las armas nucleares, incluida su proliferación y ensayos, de la mano de la Oficina de Asuntos de Desarme (Unoda).
El lunes 29 de agosto, la Unoda celebró el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, resultado de la resolución 64/35, propuesta por Kazajstán el 2 de diciembre de 2009, para celebrar el cierre voluntario del lugar de ensayos atómicos de Semipalatinsk ese día de 1991.
«Cuando la ONU adoptó el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN) y lo dejó abierto a la firma en septiembre de 1996, frenó más de 2000 pruebas», recordó Rebecca Johnson, autora de «Asuntos sin terminar», un análisis definitivo de las negociaciones nuclres previas al acuerdo y publicado por el foro mundial en 2009.
En muchos sentidos, el TPCEN tuvo un éxito enorme, precisó, pues solo hubo algunos ensayos desde entonces, los de India y Pakistán, en mayo de 1998, y los cuatro de Corea del Norte desde 2006.
Además, el sistema de verificación global coordinado por la oficina del TPCEN en Viena revolucionó los sistemas de alerta de terremotos y tsunamis, así como permitió detectar e identificar los ensayos subterráneos muy pequeños de Corea del Norte, acotó Johnson, también directora del Instituto Acrónimo para la Diplomacia del Desarme.
John Hallam, participante en la campaña de desarme nuclear de la ONU con Human Survival Project y con People for Nuclear Disarmament, dijo a IPS que las disposiciones del TPCEN especifican que solo puede entrar en vigor si 44 países, especificados, lo ratifican, entre ellos Estados Unidos, India, Pakistán y China.
Pero aun después de veinte años de estar abierto a la firma, todavía no ha entrado en vigor.
Eso ocurre incluso a pesar de que la red de estaciones de control del TPCEN, que están totalmente operativas o casi, detectaron con éxito detectar hasta los pequeños ensayos de Corea del Norte.
Estados Unidos, uno de los primeros en suscribir el TPCEN, no ha podido ratificarlo por la oposición en su Congreso legislativo, y en particular del opositor Partido Republicano, acotó Hallam.
China, al igual que otros países que son significativos en este asunto, dijeron que lo ratificarían después de que lo hiciera Estados Unidos, añadió.
Hallam señaló que una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, propuesta por Estados Unido para prohibir los ensayos nucleares, causó una furiosa reacción de senadores republicanos de línea dura, como Bob Corker (del estado de Tennessee), quien acusó al presidente Barack Obama de exceder sus funciones e «ir por la espalda» del Senado.
Corker parece creer que el hecho de que su país no haya ratificado el TPCEN en 1999 es una suerte de «retiro de la firma», pero nada más lejos de la realidad, observó.
«Como signatario, Estados Unidos sigue obligado por las disposiciones del TPCEN y sigue beneficiándose de su red de vigilancia», explicó Hallam.
El director del Programa de Desarme, Control de Armas y No Proliferación del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Tariq Rauf, dijo a IPS que el primer dispositivo nuclear explosivo fue detonado el 16 de julio de 1945, en el sitio de ensayos de Alamogordo, en el desierto del estado estadounidense de Nuevo México.
En las pasadas siete décadas, nueve países diferentes realizaron 2.061 explosiones nucleares contaminado los océanos, la atmósfera y la tierra con devastadoras consecuencias para la salud de millones de personas y del ambiente.
El Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear), con sede en Viena, así como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja han publicado estudios sobre las consecuencias de la radiación ionizante de las explosiones de ensayos nucleares.
Johnson explicó a IPS que el tratado no tiene el sello final para entrar en vigor por errores diplomáticos cometidos en 1996, cuando se colocó una barrera demasiado alta y que no tuvo ningún otro tratado de la historia.
Cualquier otro acuerdo con los antecedentes del TPCEN, suscrito por 180 países y ratificado por más de 160, sería considerado un éxito.
A todos los efectos legales, políticos y diplomáticos, los ensayos nucleares están totalmente prohibidos, observó Johnson.
«Vemos a los tratados como medidas legales y normativas, no como una garantía de 100 por ciento y todos requieren de una constante vigilancia política», explicó Johnson, también portavoz de seguridad, paz y defensa del Partido Verde británico.
«Con o sin su entrada en vigor, tenemos que implementar totalmente y hacer cumplir la prohibición, que también significa presionar a Estados Unidos, China, India, Pakistán, Corea del Norte, y otro par de resistentes, a que se unan y ratifiquen el tratado», declaró.
El TPCEN fue un paso importante y recibirá un gran impulso ahora que la mayoría de los países recomiendan iniciar negociaciones en 2017 para dotarse de un instrumento legal más completo para prohibir todas las armas nucleares.
Ese será el próximo paso, construir algo a partir del Tratado de No Proliferación y del TPCEN, a la vez que aprendemos de los vacíos dejados por las negociaciones de esos acuerdos, añadió Johnson.
- Traducido por Verónica Firme
- Publicado inicialmente en IPS Noticias