PES- El viernes 3 de mayo de 2013 India ha festejado el centenario de la creación de su industria cinematográfica con un homenaje a la película «Raja Harishchandra», el primer largometraje en blanco y negro, y mudo, precursor de lo que con el tiempo se ha convertido en ese estudio gigantesco que es Bollywood, donde se ruedan decenas de películas al mismo tiempo, muchas veces costosísimas y de una enorme extravagancia, incluso con los mismos actores y en ocasiones incluso sin guión: el puzle con la historia se fabrica muchas veces posteriormente, durante el montaje.
«Raja Harishchandra», debut del séptimo arte el subcontinente asiático, es una película de 50 minutos de duración y muy modesta en su realización, inspirada en un mito hindú que cuenta la historia de un rey que sacrifica su reino y su familia para cumplir una promesa hecha a un anciano sabio; las hazañas del monarca terminan por impresionar a los dioses, que deciden devolver sus riquezas y poder. En los primeros años del siglo XX «Raja Harishchandra» consiguió un gran éxito de público; se organizaron proyecciones hasta en los últimos rincones de India, lo que convirtió al director, Dadasaheb Phalke – quien realizó 95 película entre 1913 y 1944, fecha de su muerte- en el primer icono de la naciente industria y le valió el apodo de “padre del cine indio”. Los premios nacionales llevan ahora su nombre.
Cien años después, Bollywood es un gran centro industrial siempre en auge, en 2012 se produjeron 1500 películas en los estudios de Bombay. El Festival de Cannes 2013 –que se celebra en la segunda quincena de este mes de mayo- va a homenajear a la industria cinematográfica india proyectando dos de sus producciones.