“Nelkyubov” (Sin amor), sólida película del veterano cineasta ruso Andrey Zvyagintsev ha abierto la competición de este festival, con un relato duro y dramático, pero no exento de irónico humor negro en su observación critica de la desintegración de la familia y de la crisis moral de la sociedad rusa contemporánea.
A sus 53 años de edad, Zvyagintsev es un asiduo cliente de este y otros festivales internacionales, que ha ido visitando a lo largo de una brillante filmografía, en la que el microcosmos familiar ocupa un lugar privilegiado. León de oro en Venecia con “El regreso” 2003, premio en Cannes un certain regard con “Elena” 2011, premio al mejor guion en Cannes con “Leviatan” 2014. Excelente también su película “El destierro” presentada en competición en Cannes 2007.
Con ”Sin amor”, es pues la tercera vez que compite en Cannes por la Palma de Oro, acompañado siempre por su brillante cómplice, el director de fotografía Mijail Krichman. Una vez más con un sólido guion a cargo de Oleg Negin, autor del guion de “Leviatán”. Muy hábil el final abierto de su relato, que no revelaremos aquí.
En pleno invierno en la ciudad rusa de San Petersburgo, una pareja divorciada, Genia y Boris, intentan vender el piso que antaño compartieron y se disputan desbordados por la crisis de su hijo de doce años, un preadolescente del que ni uno ni otro han sabido ocuparse como es debido, y al que quieren meter en un internado.
El es un oportunista que teme perder su empleo y no ha asumido su paternidad, ella es una atractiva y ociosa mujer en conflicto con su propia madre y frustrada tras el fracaso de su matrimonio y maternidad cuando era aun muy joven. La desaparición repentina del chaval va a poner en tela de juicio las vidas de esos padres “indignos”, que han recompuesto sus vidas cada cual con otra pareja.
Paralelamente a las poderosas imágenes nevadas del bosque y del río que atraviesa la región, lugar del presunto drama, que abren y cierran la película, el cineasta ruso nos muestra la frialdad de sentimientos en esa sociedad rusa, en la que los teléfonos móviles, y el individualismo más feroz, conviven con la desinformación sobre la guerra de Ucrania, y donde sus personajes como el título lo anuncia, viven sin amor, y en el cálculo de sus carreras, o de su propio egoísmo.
Zvyagintsev nos ofrece una radiografía realista y dramática de esa sociedad rusa que ha pasado brutalmente de la dictadura estalinista al neoliberalismo, con un tratamiento estilo película policiaca, en la búsqueda del niño desaparecido, pero también con un tono muy documental en la descripción de dicha búsqueda confiada a una asociación privada, ya que la policía se desentiende del caso, alegando la penuria financiera del Estado.
Excelentes sus actores, Mariana Spyvak (revelada en la serie de tv “Vasyli Stalin”) y Alexei Rozin, en los papeles protagónicos, que no caen nunca en el exceso melodramático.