El viernes, 4 de diciembre de 2014, se clausuró el 7º Festival de Cine Italiano de Madrid (iniciado el 27 de noviembre), con la película «La sedia della felicità” de Carlos Mazacurati, proyectada fuera de concurso como homenaje al prestigioso cineasta recientemente desaparecido, informa M.A. Martin Arancibia.
En la Gala de Clausura, que tuvo lugar en los Cines Renoir Princesa –nueva sede del festival- se dio a conocer el Palmarés de los Jurados del Premio al Mejor Documental y del Premio al Mejor Cortometraje y el Premio del Público Endesa, concedido por primera vez este año. Igual que en anteriores ocasiones, la entrada a las proyecciones de largometrajes y documentales ha sido abierta a todo el público y gratuita, sin más limitación que el aforo de las salas.
El jurado de la sección de Documentales falló por unanimidad conceder el Premio al Mejor Documental a Stop the Pounding Heart, de Roberto Minervini, “por su capacidad de inmersión en una forma de vida y en el conflicto íntimo de una adolescente, más allá de la diferencia y el juicio. Una historia que trasciende su contexto para proponer una profunda reflexión sobre nuestros propios límites y cadenas.”
La Mención Especial del Jurado recayó en Felice chi è diverso, de Gianni Amelio, «por su acercamiento valiente y fuera del estereotipo, que se convierte en un testimonio necesario sobre la vivencia de la homosexualidad contemporánea», así como en L’atessa di maggio, de Simone Massi, «por su facilidad para sugerir un universo en el que la realidad y la fantasía se entrelazan hasta dibujar el perfil de un imaginario común. La inmigración sirve de hilo conductor a una historia empeñada en alcanzar los límites del mito. Tan emotiva como comprometida.»
Por primera vez, el público –muy fiel- que acude regularmente a estos festivales anuales de cine italiano, ha votado su película preferida, recayendo el Premio del Público al Mejor Largometraje en Il capitale umano, de Paolo Virzì.
Además de las películas premiadas, se ha podido ver, en versión origianl subtitulada, Le meraviglie, de Alice Rohrwacher (Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2014), Il giovane favoloso, de Mario Martone, quien hiso su presentación en la última Mostra Internazionale de Venezia; La nostra terra, de Giulio Manfredonia, In grazia di Dio, de Edoardo Winspeare (presente en la Berlinale de enero 2014), Un ragazzo d’oro, de Pupi Avati y Soap Opera, de Alessandro Genovesi, película que inauguró el pasado Festival de Cine de Roma.
Siguiendo con la costumbre, ya asentada, el Festival de Cine Italiano de Madrid entrega un Premio a toda una carrera, que en esta ocasión ha recaído en el cineasta Gianni Amelio, maestro de realizadores, veterano director y guionista, quien desde hace muchos años lleva proponiéndonos obras inolvidables y conmovedoras como, Las llaves de casa (Le chiavi di casa), La estrella ausente (La stella che non c’é) o L’intrepido, que pudimos ver en primicia en la pasada edición del festival.
Gianni Amelio nació en San Pietro de Magisano, el 20 de enero de 1945. Comenzó en el cine como operador y ayudante de dirección de muchas películas, en su mayoría con Gianni Puccini. Debutó tras la cámara como director de largometrajes en 1970 con La fine del gioco y realizó también varios cortometrajes y documentales. Su película policíaca La morte al lavoro (1978) le valió el Premio FIPRESCI del Festival de Locarno y el mismo año rodó Effetti speciali. La crítica valoró mucho Golpear al corazón (Colpire al cuore) (1983), presentada en la Mostra de Venecia, y con Porte aperte (1990), basada en una novela de Leonardo Sciascia, obtuvo la Nominación al Oscar a la Mejor Película Extranjera. Los extraordinarios resultados artísticos de películas como Niños robados (Il ladro di bambini) (1992), ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes; L’America (1994), Premio al Mejor Director en la Mostra de Venecia, y Así reían (Così ridevano) (1998), ganadora del León de Oro en la Mostra de Venecia, le han consagrado como un autor de valor absoluto y de alcance internacional.