La cistitis aguda infecciosa se define como la presencia y proliferación de microorganismos en la vejiga y se caracteriza por la aparición de urgencia miccional, disuria y polaquiuria (síndrome miccional), y ocasionalmente, dolor suprapúbico y hematuria.
Por otro lado las cistitis se clasifican en tres:
- La cistitis aguda no complicada que se presenta en personas con un tracto urinario estructuralmente normal, sin enfermedad de base y afecta principalmente a mujeres adolescentes y jóvenes.
- La cistitis aguda complicada se presenta en pacientes con alteraciones anatómicas o funcionales del tracto urinario, enfermedad de base o portadores de sonda urinaria y afecta a ambos sexos.
- Cistitis recurrente: cuando el paciente tiene tres o más episodios de cistitis en 1 año o dos en los últimos 6 meses, o uno de cistitis en un año.
Dentro de las enfermedades infecciosas pediátricas la infección del tracto urinario (ITU) una de las más frecuentes; aproximadamente la padecerán entre 3 y 7 niños de cada 100.
Actualmente con la práctica de relaciones sexuales en la adolescencia, en niñas de 11 a 16 años han aumentado las infecciones considerablemente.
Cuando existe una infección en la vía urinaria hay que establecer las diferencias con la temperatura corporal si esta es superior a 38,5 oC que presupone una afectación del parénquima renal, y sería equiparable al término de pielonefritis. En cambio si la ITU es afebril (con temperatura inferior a 38,5 oC y equivalente a la denominada como cistitis).
Para realizar un diagnóstico definitivo es necesario disponer de un cultivo de orina en el que se muestre la existencia de un crecimiento bacteriano y se ha de recoger esta de forma adecuada para que sea validado. La herramienta más extendida en atención primaria para aproximar un diagnóstico fiable es la tira reactiva que detecta la leucocituria, la presencia de nitritos, sangre y proteínas.
Si existen infecciones urinarias recurrentes el urólogo puede apreciar que podría aumentar el daño renal y por ello, ante cualquier dolor en la micción, escozor o molestias al orinar, el adolescente debe acudir a un médico para que realice una exploración y le haga una tira reactiva.
En relación al abordaje de la cistitis el médico valorará si debe o no tratarse con antibiótico aunque el principal agente etiológico de las ITU es el Escherichia Coli que muchas veces ofrece resistencia a la ampicilina por lo que el paciente puede ser tratado con trimetoprim sulfametaxol o amoxicilina clavulánico. Actualmente el Sistema Nacional de Salud aconseja también el uso de las cefalosporinas de tercera generación como alternativa en los tratamientos para abordar la infección urinaria así como aquellos que propician la retención de orina en la vejiga, también manifestaciones de sepsis urinaria baja.
La Escherichia coli es la causa del 60 % de sepsis baja, más frecuente Proteus en niños, Estafilococos áureos, Pseudomona aureginosa y Salmonella en sepsis alta. Hay que recalcar que muy importante realizar labores preventivo-curativas, así como modificar hábitos y conductas de los adolescentes sobre todo si tienen prácticas sexuales desde los 12-13 años en materia de higiene, respecto no solo el uso del preservativo, (para evitar infecciones importantes como el VIH o el VPH); sino para prevenir casos de infecciones del tracto urinario por falta de limpieza en la zona una vez terminado el coito.
Hay que recalcar que por razones anatómicas dadas por la vecindad de la uretra y el ano, la infección del tracto urinario es 50 veces más frecuente en mujeres que en varones y la sepsis urinaria como tal, constituye un problema de salud importante del que se habla poco y se conoce mucho menos entre los adolescentes.
La cistitis es la infección urinaria por la presencia de diferentes bacterias que pueden invadir el tracto urinario y los síntomas son parecidos tanto en el hombre como en la mujer.