A un mes de la Jornada Internacional contra la Impunidad, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha dirigido este 23 de octubre de 2103 una carta a los líderes de Irak, Rusia y Pakistán para que ellos y sus gobiernos actúen –urgentemente- frente a la impunidad de que gozan los autores de actos violentos contra periodistas en sus respectivos países.
Esas cartas inician una nueva campaña, que la propia organización califica “de alto relieve” y que lleva el título: “Poner fin a la impunidad de la violencia contra periodistas”. La FIP exige a las autoridades de Bagdad, Moscú e Islamabad que investiguen -de verdad- la mayoría de esos asesinatos. En muy pocos y escasísimos casos, los autores han sido llevados ante la justicia.
Firmadas por el presidente de la FIP, Jim Boumelha, y por la secretaria general, Beth Costa, esas misivas expresan la enorme preocupación existente entre sus colegas; porque nadie ha sido hecho responsable de esos actos de violencia contra periodistas. Urgen a Nawaz Sharif (Primer Ministro de Pakistán), a Nuri Al-Maliki (Jefe de Gobierno en Irak) y a Vladimir Vladimirovich Putin (Presidente de Rusia) a que hagan lo que esté en su mano para resolver todos los casos de asesinato de periodistas en sus países; para que sean castigados quienes tengan alguna conexión o responsabilidad en los crímenes contra los profesionales de los medios.
En las cartas se subrayan, casos muy concretos, no resueltos, de periodistas asesinados en esos países, incluyendo los del reportero paquistaní, Wali Khan Babar, quien murió en 2011, en lo que parece fue un ataque selectivo por parte de un grupo político; el caso más conocido de la rusa Anna Politkovskaya, quien murió en 2007, en la entrada del inmueble donde vivía; y el del presidente del Sindicato de Periodistas de Irak, Shihab al-Timini, quien murió al ser tiroteado en 2008. En estos casos, además, se apuntaba no solo a periodistas “normales”, sino a activistas de la defensa del periodismo como oficio con vocación de defensa de la libertad.
“Esperamos que dé la mayor consideración a nuestra demanda. Por nuestra parte, estaremos atentos a cualquier reacción positiva de su gobierno para hacer frente a la impunidad de que goza la violencia contra periodistas, que es un tema de la mayor importancia para el respeto de la ley y de los derechos humanos en toda sociedad democrática”, dicen los textos de las cartas firmadas por Jim Boumelha y Beth Costa.
La FIP ha pedido a sus organizaciones afiliadas de todo el mundo que envíen cartas similares a las embajadas de Rusia, Irak y Pakistán o, en su defecto, directamente a los gobiernos de Moscú, Bagdad e Islamabad. En el último Congreso Mundial de la FIP, celebrado en Dublín (Irlanda), durante el pasado mes de junio, los asistentes reclamaron una nueva movilización de apoyos contra la impunidad reinante en lo que se refiere a esos y otros países, cuando se refiere a asesinatos de periodistas. La precisión de las investigaciones parece existir del lado de los asesinos mucho más que del lado de las autoridades políticas y judiciales, que –en el mejor de los casos- actúan de manera negligente. Entre otros hechos, los textos enviados por Boumelha y Costa subrayan lo siguiente:
- En Irak, unos 250 periodistas han sido asesinados desde la invasión de EEUU en 2003. Aunque los niveles de violencia han disminuido en los últimos años, desde que alcanzaran su mayor cota, a mediados de los 2000, y el país ha vuelto a una relativa normalidad bajo control del gobierno central, ni un solo caso de asesinato de periodistas ha sido investigado para identificar y castigar a los asesinos.
- En Rusia, se estima que al menos 124 periodistas y trabajadores de los medios han muerto por ejercer su oficio desde 1991. Y si bien las autoridades empezaron a investigar algunos casos, han sido muy pocos y esporádicos; aún menos casos judiciales han terminado con la condena de los culpables.
- En Pakistán, las cotas mayores de asesinato de periodistas tuvieron lugar en 2010 y 2011, con cifras de 16 y 11 muertos respectivamente. Las autoridades impulsaron algunas investigaciones, pero no hubo detenidos ni proceso alguno contra los autores de esos crímenes.
En los próximos meses, además del envío de cartas, la FIP pedirá a los gobiernos de esos países que investiguen los casos impunes, utilizando también las redes sociales, emitiendo frecuentes comunicados sobre el problema y organizando protestas y actos que subrayen casos específicos de trabajadores de los medios asesinados.
Desde su oficina en Bruselas, la Federación Internacional de Periodistas también pondrá en marcha una página en la Red sobre los casos que sigan impunes, donde se informará del perfil de los periodistas que han sido víctimas de la violencia, del contexto social y político de cada país e información y consejos para mantener la presión sobre los gobiernos implicados. El olvido es siempre el mejor aliado de la impunidad.