La 16 Conferencia de las Partes (COP16) sobre biodiversidad cerró el sábado 3 de noviembre 2024 sin clausura formal y el logro histórico del reconocimiento de los pueblos indígenas como asesores permanentes y con voz propia del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) y el estruendoso fracaso de un acuerdo sobre financiamiento, informa Stella Paul (IPS) desde Cali (Colombia).
En las complicadas negociaciones entre países ricos del Norte industrial y en desarrollo del Sur global, en la cumbre también se logró la aprobación de un fondo sobre beneficios derivados de datos genéticos de la naturaleza.
Una cesión de los países ricos que no compensó el gran fracaso de la cumbre: el establecimiento de una financiación que asegurase la ruta trazada hace dos años de garantizar la conservación del treinta por ciento de la naturaleza terrestre y marítima para 2030.
Tampoco se logró establecer un sistema de seguimiento que garantice el cumplimiento de los compromisos asumidos en la ciudad canadiense de Montreal en diciembre de 2022, donde se aprobó el Marco Mundial Kunming-Montreal de Biodiversidad.
Eso sí, se abrió finalmente la puerta para que los pueblos indígenas y las comunidades locales tengan una participación formal en el plan mundial para detener la destrucción de la biodiversidad, una exigencia de los considerados grandes conservacionistas de los hábitats donde viven.
Un momento decisivo
La noche del sábado, después de múltiples negociaciones de última hora en varias reuniones a puerta cerrada entre las partes, los delegados acordaron crear un órgano subsidiario permanente en virtud del artículo 8J del Marco Mundial.
Ese órgano permitirá a las comunidades indígenas y locales la participación directa en la aplicación de ese Marco Mundial y representa un triunfo de miles de activistas indígenas llegados hasta Cali, que logró derrumbar con el apoyo del país anfitrión la oposición de gobiernos tan diversos como los de Indonesia y Rusia.
Además, por primera vez en la historia de una COP del CDB, los pobladores afrodescendientes de Colombia fueron reconocidos por su papel en la conservación de los ecosistemas, los que les permitirá sumarse a los pueblos indígenas y comunidades locales del país en las negociaciones sobre biodiversidad.
«Este es un momento decisivo en la historia de los acuerdos multilaterales sobre ambiente», afirmó Jennifer Corpuz, lideresa del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad (FIIB), una organización paraguas de pueblos indígenas y comunidades locales de siete regiones del mundo organizada en el CDB.
Corpuz, quien había encabezado las negociaciones del FIIB sobre el artículo 8J durante toda la COP, afirmó además que el establecimiento del Órgano Subsidiario Permanente sobre el artículo 8J permitiría establecer asociaciones sólidas entre los gobiernos, los pueblos indígenas y las comunidades locales y los financiadores.
Además, proporcionaría una plataforma de alto nivel para seguir poniendo de relieve las contribuciones de los pueblos indígenas y las comunidades locales a la protección del planeta y compartir experiencias.
Hasta ahora, los debates relacionados con los pueblos indígenas y las comunidades locales se celebraban en el marco de un Grupo de Trabajo de composición abierta. Las decisiones de este grupo no eran vinculantes y no existía un mandato sobre la frecuencia con la que debe reunirse. Ahora ese grupo se disolverá.
Corpuz reveló que lo más probable es que Colombia acoja la primera reunión del órgano subsidiario, prevista para dentro de un año, en torno a octubre o noviembre de 2025.
Esperanzas por el nuevo Fondo DSI
En la COP16, también se llegó a un acuerdo sobre un nuevo marco multilateral para la Información de Secuenciación Digital (DSI, en inglés).
El marco, que se conocerá como el CaliFund, canalizará la financiación y abordará cómo los beneficios derivados del uso de datos genéticos, especialmente en empresas farmacéuticas, biotecnológicas y agrícolas, deben compartirse con los países, las comunidades indígenas y las partes interesadas que proporcionan estos recursos.
El texto aprobado al respecto incluye un lenguaje contundente, como que las empresas deben pagar en lugar de ser alentadas a hacerlo, y especifica que cincuenta por ciento del dinero que llegue al fondo DSI irá directamente a los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Sin embargo, no se tomó ninguna decisión sobre el porcentaje exacto de los beneficios que tendrán que pagar las empresas ni sobre quiénes serían las otras partes interesadas con derecho a acceder al fondo.
Género: Una herramienta gratuita para medir el progreso
La integración de la perspectiva de género -en la que se centra el artículo 23 del Marco Mundial- no figuraba en la agenda de la COP16, y las Partes no tenían mandato para debatir sus planes sobre su aplicación.
Sin embargo, Women4Biodiversity-el grupo que representa a todas las oenegés que trabajan en biodiversidad y mujeres- anunció el 31 de octubre que había desarrollado conjuntamente con el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación un indicador para que los países lo adopten y utilicen para aplicar el artículo 23 del Marco Mundial.
Mrinalini Rai, responsable de Women4Biodiversity, explicó que el indicador incluye un cuestionario con respuestas de opción múltiple.
Las preguntas se organizan en torno a los tres resultados esperados del Plan de Acción de Género y la redacción se corresponde estrechamente con las acciones indicativas del Plan de Acción de Género. Cada respuesta corresponde a una categoría que representa el nivel de progreso.
Las respuestas se agregan y resumen como una medida cuantitativa (índice) para proporcionar una medida del progreso a lo largo del tiempo.
Todos los países que firmaron el Marco Mundial tienen que informar sobre el progreso de su implementación en 2026, cuando tendrá lugar el Balance Mundial sobre la Biodiversidad.
El indicador podría ayudar especialmente a las Partes a prepararse para ese informe, ya que se ha desarrollado para hacer un seguimiento e informar sobre sus acciones para garantizar la aplicación sensible al género del Marco Mundial.
«Nos ha llevado mucho tiempo e invertido muchos esfuerzos codesarrollar esta metodología. También hemos mantenido amplias consultas con varios países y diecinueve de ellos probaron el indicador. Después compartieron sus comentarios y revisamos el indicador en función de ellos. Así pues, se trata de una herramienta probada que cualquier país puede utilizar»» afirmó Rai.
Financiación y seguimiento
Aunque durante la COP se prometieron un par de nuevas contribuciones financieras al Fondo Marco Mundial para la Biodiversidad, 51,7 millones de dólares por parte de donantes privados y 163 millones de dólares por doce países donantes, el objetivo de recaudar 20.000 millones de dólares de aquí a un año se mantuvo como una meta inacesible.
Los países ricos, comandados por la Unión Europea (UE) y los del Sur se enfrentaron sobre esa financiación. Los delegados de países en desarrollo demandaban que se alcanzasen los 20.000 millones de dólares en 2025 y que se exigiera responsabilidades a los donantes.
Argumentaban que esto era crucial para ellos, ya que la mayoría de los países del Sur global no podrían empezar a aplicar sus planes de acción sobre biodiversidad sin dinero.
Sin embargo, los delegados de la UE se opusieron con vehemencia, pues no querían que el documento oficial incluyera ningún texto relacionado con la rendición de cuentas.
La división Norte-Sur también se hizo patente cuando los países africanos se quejaron de que sus preocupaciones y voces estaban siendo dejadas de lado en la cuestión crucial del marco de seguimiento.
Hablando en nombre de la Unión Africana, el delegado de Namibia se quejó de que la COP no había consultado a las partes africanas a la hora de desarrollar indicadores para la aplicación del Marco Mundial.
«Nos gustaría dejar constancia de que a lo largo de los grupos de contacto y más allá, hemos señalado nuestra voluntad de entablar debates y encontrar convergencias; sin embargo, África no fue informada ni invitada al debate sobre un compromiso que se presentó y que nunca tuvo en cuenta la postura del grupo africano con sus 55 países», aseguró.
La negociación quedó paralizada cuando la presidencia de la COP16 constató que las posiciones eran imposibles de conciliar, pese a la presentación de diferentes propuestas que la UE y otros países como Suiza y Canadá rechazaron.
Melissa Wright, de Bloomberg Philanthropies, quien previamente se había comprometido a donar veinte millones de dólares para conservar la biodiversidad marina, dijo que «es profundamente preocupante que no se haya alcanzado un consenso sobre cuestiones clave, incluida la financiación. El tiempo corre».
Sin embargo, Susana Muhamad, la ministra colombiana de Medio Ambiente y presidenta de la COP16, calificó la cumbre como un éxito.
«La COP16 ha sido un acontecimiento transformador», dijo Muhamad al tiempo que admitía que «los desacuerdos sobre la estrategia financiera y el marco de seguimiento seguían siendo un reto para el futuro».
Esto deja algunos retos para el Convenio y sus compromisos, «y es hora de empezar a abordarlos, pero el debate allí siempre estuvo muy polarizado y sigue estándolo», reconoció.
COP17: Armenia gana
El 31 de octubre, los delegados votaron a Armenia como sede de la próxima COP sobre biodiversidad (COP17), que tendrá lugar en dos años más. Armenia y Azerbaiyán eran los dos contendientes y durante la votación, Armenia recibió 65 votos de los 123 emitidos en votación secreta, mientras que 58 fueron emitidos a favor de Azerbaiyán, anunció Muhamad.