El Centro de Biotecnología de Madrid (CNB, CSIC) está comenzando a indagar la posibilidad de rescatar el virus COVID-10, generarlo en el laboratorio a partir de una secuencia genética y desarrollar con ello la vacuna necesaria para evitar su propagación en nuestro país.
Ante esta emergencia internacional de salud causada por el virus 2019-nCoV, que ha infectado en apenas un mes a 30 000 personas en 28 países, se está trabajando a marchas forzadas para poder desarrollar la vacuna necesaria.
El 5 de febrero terminó el plazo de participación en un consorcio internacional para desarrollarla y, por la experiencia que arrastra este laboratorio, que en el año 2000 resolvió la epidemia del SARS muy similar al coronavirus, es un candidato importante dentro del conjunto de laboratorios de varios países que se han presentado.
En el mundo, solamente una decena de laboratorios podrían fabricar la vacuna necesaria, aunque a pesar de la urgencia, ninguno de ellos a día de hoy está manipulando materialmente el coronavirus de Wuhan. Una vez que se tengan los permisos necesarios por parte de la administración, se procederá a rescatar el virus; (este es el punto de partida de cualquier investigación para poder llevar a cabo una vacuna contra cualquier virus en la actualidad).
El concepto que habla de «rescatar virus», se gestiona a partir de la creación en el laboratorio de un ente biológico partiendo de una secuencia de letras (A, T, C, y G) que designan las moléculas del material genético para la obtención de una copia de este, pero en versión ADN (ya que la que se obtiene es en versión ARN). Cuando todos estos fragmentos del genoma se obtengan, se ensamblarán como si fuera un puzzle y, a partir de ahí, se obtendrá la infección, ya que el genoma de ADN actuaría como un virus.
Una vez que esto tenga lugar, se pondrá en marcha una estrategia para realizar la vacuna. Para entonces se habrán identificado los genes responsables de la enfermedad y se hará una versión atenuada del virus. Es indispensable que en el interim varios laboratorios colaboren y los grupos internacionales apuesten por conseguir cuanto antes la vacuna que detendría el contagio de la enfermedad.
La ventaja del grupo español es que, al ser muy similar al SARS, tienen bastante adelantado en materia de investigación de la proteína usada en la anterior vacuna. Solamente esperan ansiosos a que funcione con el coronavirus y, para ello, se tendría que probar en humanos, que es el último escalón.