Ayer, todo fueron titulares, y sobre todas las cosas, una vez más, suposiciones. Nos hemos acostumbrado a acusar al prójimo con tanta legitimidad que llamar chorizo a alguien no nos hace despeinarnos. Ella, la que fuera presidenta del PP de Madrid hasta anoche, se ha despedido por responsabilidad política. Todos la conocen y nunca ha pasado desapercibida. Se llama Esperanza Aguirre «pa más señas».
La apuesta del PP por arrinconar a semejante animal político le ha llevado al partido con más casos de corrupción concentrados en el mismo año, a mantenerse a salvo gracias a los que verdaderamente han trabajado, han hecho cosas por España y no se lo han llevado muerto. Quizá la ciudadanía solamente quería una explicación; una que nunca dio el presidente en funciones, Mariano. Gallego hasta para contestar, eludió decir la verdad o la mentira más perversa. «Nú sé». Todo lo que él sabe será probablemente lo mismo que sepa ella y los que más mandan en ese lugar de Génova en donde banderas rojigualdas, aparecían en navidad.
Llega a un mes de la primavera y de momento no tenemos movimientos. Cristina Cifuentes va haciendo su camino desde la Comunidad de Madrid en donde ha demostrado que además de tener palabra, con obras da lugar a un programa brillante lleno de soluciones y ahora se encarga de una gestora del partido más vilipendiado en su ciudad, Madrid. Esperanza Aguirre no es culpable porque no se la puede imputar, acusar o vejar si no ha hecho nada y no se ha probado. Si lo fuere, tendría que aparecer en los papeles y que la justicia diga si va a la cárcel o no. Digamos que no fue muy acertada su elección con los dos magníficos que están en el trullo aunque alegue que nombró a más de 500 cargos en su vida política y nunca le salieron rana.
Barberá, la del caloret, debería hacer lo mismo y dar un paso al frente así como todo el que sienta que es responsable de una época en donde casos, cosas y dineros se compraban al mejor postor. El boom inmobiliario, las bragas a costa de las tarjeta black o vaya usted a saber qué pertenecen al pasado. Lo cierto y lo verdaderamente indignante es el silencio que ha habido todo este tiempo. Al final como todos saben, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, y con esto de la transparencia de Jesmar está viéndose la película en HD.
Cristina Cifuentes se hará cargo de una gestora. Quizá el salto a ser presidenta del gobierno. Tiene que ser alguien intachable y en el pp hay grandes políticos, personas de bien, que no se merecen ser insultados como si fueran un puñado de mafiosos.
Rigor, palabras concretas, hechos y sobre todas las cosas, contrastemos fuentes. Todo lo que haya hecho la expresidenta, si verdaderamente lo hizo, saldrá. Todo lo demás no deja de ser opiniones de bar, que para el caso, no valen nada.
Seguimos esperando. Hoy Pablo ha tomado la iniciativa que no toma Pedro y se siente «porta» por un momento. Eso del atril, mola, eso de los cafés y de los ipads también y confundir a Reagan con Nixon, querido niño Errejón, también, llegado el micrófono y el momento declaración.
¡Ay, la wikipedia qué daño ha hecho!
Totnalmente de acuerdo… pero lo de no atribuir cosas ….. vale para todos. También merecen el mismo respeto los afiliados, votantes y políticos de Podemos.