Guatemala: de reflectores y sombras

Ileana Alamilla[1]

Mientras los grupos de presión, sectores informados, comunidad internacional y medios de prensa nacionales e internacionales dan cobertura a la principal noticia de las últimas semanas en Guatemala, el juicio por genocidio y deberes contra la humanidad seguido contra Ríos Montt y Rodríguez Sánchez, y a las reacciones en relación con la sentencia condenatoria dictada por el Tribunal que conoció el caso, que, por cierto, ha tenido mucha más atención, interés y espacios que las atrocidades sucedidas durante el conflicto armado, la mayoría de la población continúa luchando tenazmente para no sucumbir en medio de las terribles condiciones de miseria en las que subsiste.

Aquí, si de algo no nos podemos quejar es de falta de noticias de primera plana. Hasta varias planas principales podrían imprimirse diariamente por la cantidad de acontecimientos trascendentales y de interés social que suceden. El viernes pasado, los reporteros tuvieron que actuar a la velocidad del rayo para poder dar cobertura al acto de extradición del expresidente Alfonso Portillo, quien fue intempestivamente sacado del hospital donde se encontraba recluido y conducido bajo fuertes medidas de seguridad a la Fuerza Aérea Guatemalteca, donde lo esperaba una avioneta ambulancia que lo condujo a territorio norteamericano, país que lo reclama por cargos de conspiración, supuestamente por haber lavado dinero en Estados Unidos, extradición que había sido inicialmente autorizada desde 2011.

En el intento de cobertura, el periodista Juan Castillo, de Radio Sonora, sufrió un golpe en la cabeza con la portezuela de la aeronave, provocado, según dijeron, por el piloto o copiloto, lo cual le causó una herida. Fue necesario su trasladado al Hospital Roosevelt, donde le aplicaron ocho puntos de sutura. Agustín Guzmán, director del medio, afirmó que debe existir una condena internacional en contra de lo que calificó como “prepotencia y arrogancia de las autoridades, considerando que se vedó el acceso a la información y que existió una agresión directa contra un miembro de la prensa, lo que no debe ocurrir en ningún país”.

Aún cuando se pueda argumentar que los reporteros actuaron de manera intrépida, están buscando información para trasladarla a la ciudadanía, por lo que es inaceptable cualquier reacción violenta en su contra. Ni las autoridades nacionales ni internacionales pueden hacerlo. Esto es condenable e inadmisible.

En el incidente otros dos reporteros también fueron golpeados, supuestamente por personal estadounidense, al intentar acercarse para obtener declaraciones. Hasta al representante de la Procuraduría de los Derechos Humanos le fue vedado el acceso al detenido, lo que consideró como una violación a lo resuelto por la Corte de Constitucionalidad, que estableció la necesidad de la vigilancia del respeto de los derechos humanos del expresidente Portillo.

Hechos de violencia extrema, asesinatos de pilotos, incremento de casos de embarazos en adolescentes, secuestro de policías, conflictos sociales, fueron noticia. ¿Quién se preocupa por la permanencia de la brecha de la pobreza y desigualdad que mantiene en un mundo indeseable al 53% de población en pobreza y al 14.5% en pobreza extrema? Estamos en el puesto 133 en temas de desarrollo, manteniendo los mismos indicadores de hace dos años en relación con el riesgo de caer en pobreza y/o miseria. Lo peor está en el área rural, agravada para las mujeres, especialmente las indígenas. Esa población no está en primera plana.

  1. Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, fallecida en enero de 2018.
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