Irmgard Furchner, de 96 años, quien fue secretaria del campo de concentración nazi de Stutthof, ha intentado escapar al juicio que iba a iniciarse en el tribunal de Itzehoe, en el norte de Alemania, huyendo de la residencia de ancianos donde residía, tras llamar a un taxi y pedir que le condujera a una dirección en las afueras de Hamburgo.
Pocas horas más tarde, la policía la ha encontrado y se encuentra detenida provisionalmente, según ha informado la portavoz del tribunal Frederike Milhoffer: «La acusada ha sido encontrada, será llevada ante el tribunal y un médico certificará si es apta para permanecer detenida. La vista continuará el 19 de octubre».
Según ha publicado la revista Der Spiegel, la acusada, Irmgard Furchner, había enviado hace tres semanas una carta al tribunal advirtiendo de que pensaba boicotear el juicio por considerarlo «degradante».
El Konzentrationslager Natzweiler (KL), conocido como «el Struthof», abierto por los nazis el 1 de mayo de 1941, fue el único campo de concentración en territorio entonces francés, en Alsacia, a pocos kilómetros de Estrasburgo, y repartido en las dos orillas del Rin. Escondido en los Vosgos y desconocido por gran parte de la población cercana.
Por él pasaron 52.000 deportados, llegados de toda Europa -de los que al menos 17.000 murieron-, que trabajaron para la industria de guerra nazi; y allí hicieron experimentos médicos algunos profesores de la Universidad del Reich de Estrasburgo. Muchos deportados quedaron mutilados, e incluso murieron, «en las investigaciones sobre los efectos de algunas armas químicas o para probar la superioridad de la raza aria», como explica el documental Struthof, el campo olvidado, realizado por Anne-Sophie Chaumier Le Conte para el canal francés de televisión “Tout l’histoire”.
Los principales responsables
En agosto de 1943, los médicos de la Universidad del Reich pidieron al comandante del campo, Josef Kramer, que construyera una cámara de gas, lo que se llevó a cabo en la sala de fiestas del albergue de Struthof, una habitación de nueve metros cuadrados.
Del 11 al 19 de agosto de 1943 fueron «gaseados» allí 86 deportados judíos, cuyos esqueletos quería estudiar el profesor August Hurt, director del Instituto de Anatomía de la Universidad. También utilizó la cámara de gas el profesor Otto Bickenbach, para investigar un tratamiento contra el gas de combate fosgeno. Otros 44 deportados, entre ellos algunos gitanos, sirvieron de cobayas en otros experimentos.
El 25 de noviembre de 1944, día de la liberación de Estrasburgo, los Aliados descubrieron el lugar, que los nazis habían evacuado en septiembre. Los responsables SS del campo, detenidos o fugados, fueron juzgados –excepto Josef Kramer– en los procesos de Wuppertal (1946), Rastatt (1946-1954) y Metz (1952-1954).
Detenido el 17 de abril de 1945, Josef Kramer fue juzgado por el tribunal militar británico de Lunebourg, en el proceso de la guarnición SS del campo de concentración de Bergen-Belsen, que comenzó el 17 de septiembre de aquel año y dictó sentencias los días 16 y 17 de noviembre. Kramer fue condenado a muerte tras efectuar un relato detallado de la forma en que fueron gaseados los 86 judíos, mayoritariamente mujeres. Murió ahorcado en la cárcel de Hameln el 13 de diciembre, sin que le juzgaran nunca por los crímenes de Struthof.