En Perú se celebra este 1 de octubre el Día del Periodista y la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) ha hecho pública una declaración institucional en la que señala que «la fecha es oportuna para hacer una pausa en la tarea diaria de acopiar información, interpretar y opinar sobre los hechos de interés público. Es, que duda cabe, una oportunidad no para glorificar sobre las grandezas de un trabajo eminentemente de servicio ciudadano, sino más bien para preguntarnos cuál es el rol del periodista en la sociedad desde una perspectiva ética y social».
El Comité Ejecutivo Nacional de la ANP considera que «como gremio que ha demostrado capacidad de propuesta en procura de un periodismo cada vez más respetable por la nobleza de su obra comunicacional diaria, este es el momento de ratificar que dicho rol debe cumplirse en consonancia con los anhelos de una ciudadanía, aun rezagada, que quiere abrir canales de representatividad en el procesamiento de demandas y en las instancias decisorias. Y eso es factible divulgando, con apego a la verdad, la presión social por democratizar realmente el sistema político y los vínculos con que el Estado asigna recursos a la sociedad, movilizando el veto activo de amplios contingentes de la sociedad civil para contener la corrupción, el clientelismo o la burocratización en las cúpulas con poder de decisión. Solamente así, transmitiendo éticamente lo que es cierto, el periodista puede contribuir al logro de un sustrato político adecuado al desarrollo con equidad».
Para la ANP «es evidente que el Perú está escribiendo una nueva historia y que nosotros los periodistas somos los portadores del mensaje de una nueva época. Esto en un siglo donde la información y el conocimiento se globalizan y, en consecuencia, la ciudadanía mayoritaria demanda nuevas políticas sociales y económicas, con un nuevo sentido común democrático que permita construir un Estado real de Ciudadanía».
La tarea, afirma la ANP, «No es fácil», y recuerda lo ocurrido con los periodistas que han ofrendado sus vidas, con quienes han sufrido prisión, agresiones físicas y persecuciones, con quienes afrontan querellas abusivas que pretenden amordazarlos, con quienes han sido despojados de su derecho al trabajo.
Afirma también que parte del problema viene de «medios que más que hacer del periodismo un servicio social, están interesados en la inversión con fines estrictamente rentables».