Las niñas de rosa y los niños de azul como el “dios género” manda.
Ayer, según parece fue el día internacional del color de género, pues se celebró el Día Internacional de la Niña iluminando monumentos de color rosa.
Para Mucus, inteligencia natural de un moco, no deja de ser un magnífico chiste por parte de las autoridades que pretenden tomar medidas para paliar las discriminaciones. Ya que el color rosa es el que margina a niñas de niños, y el que margina a niños de niñas es el azul ¿verdad? Mucus llega a dudar si nació aquí o en una Luna verde, claro…
Aunque, según su criterio no le extraña que se tomen medidas de este tipo tal cual va “la huevolución”, así:
Para comer mejor, alimentos basura.
Para preservar la humanidad, pisotearla por dinero.
Para paliar supuestas crisis, exprimir y rematar a quienes se pisoteó.
Para vivir mejor, morir más y peor.
Para enterarte de todo, no atender a nada.
Para prevenir, descuidar.
Para tener, dejar de ser.
Para ser en libertad, depender.
Para distinguir lo falso de lo auténtico, fiarse ciegamente de los mandatos culturales, tales como los estereotipos y roles atribuidos a hombres y mujeres, y no reconocerse a un@ mism@ ni en la sombra, ni en el reflejo de un espejo.
Para hacer amistades, huir del afecto honesto, respetuoso y desinteresado, por no saber dónde empieza y dónde acaba lo falso.
Para comunicarse, alejarse.
Para escuchar, rodearse de ruido.
Para acceder a la verdad de lo que ocurre, rezar para que suceda.
Para pensar, abandonarse a la suerte.
Para intimar, comprar.
Para amar, dejarlo en manos de los estereotipos de género y roles sociales.
Para querer, competir, envidiar, odiar.
Para satisfacerse, molestar, violentar…
Para estimarse, alienarse al mandato cultural y social.
Para existir, obedecer a la autoridad de turno.
Para conocerse, evadirse, drogarse…
Para terminar con el machismo, tomar sus propios principios.
Para sentir, distraerse y olvidarse de un@ mism@ poniéndose en manos de la publicidad.
Para distinguir el “bien del mal”, recurrir al sentido común de la necedad.