Hoy, 4 de abril de 2017, se celebra, a propuesta de Naciones Unidas, el día internacional para la información sobre el peligro de las minas y sus graves consecuencias para las personas civiles en los diferentes conflictos, y desde desde CEAS-Sahara recuerdan que el Sáhara Occidental existe un muro militar de 2720 km, construido por Marruecos para blindar la ocupación del Territorio No Autónomo, que contiene aproximadamente 7 millones de minas terrestres que a lo largo de las últimas décadas han causado miles de víctimas civiles a ambos lados del muro.
El objetivo de Naciones Unidas es poner el acento en el hecho de que las minas constituyen una grave amenaza para la seguridad, la salud y la vida de la población local, además de convertirse en un obstáculo para el desarrollo social y económico de los pueblos que padecen su presencia.
Pero transcurridos más de 25 años desde la entrada en vigor del alto el fuego y la puesta en práctica del plan de arreglo de la ONU para el Sáhara Occidental, la persistencia del muro marroquí –y todo el arsenal de muerte y destrucción que alberga- representa un crimen atroz contra los derechos humanos del Pueblo Saharaui, señala CEAS-Sahara.
La oenege recuerda que así lo han denunciado las propias Naciones Unidas a través del dictamen del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU que en sus Observaciones Finales sobre el 4º informe periódico de Marruecos, y “entre sus principales motivos de preocupación”, recomienda a Marruecos, que redoble sus esfuerzos, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, por encontrar una solución a la cuestión del derecho a la libre determinación del Sáhara Occidental, adopte medidas para respetar los derechos de los refugiados saharauis a su regreso, y expresa su preocupación por el hecho de que el muro fortificado con minas antipersonales, construido por el Estado parte entre la zona del territorio del Sáhara Occidental controlada por Marruecos y el resto del territorio, impide a los saharauis disfrutar plenamente de los derechos que los asisten en virtud del Pacto.
Para CEAS-Sahara, frente al mensaje que se nos quiere trasladar de Marruecos como un país comprometido con los derechos humanos, «la utilización, mantenimiento, refuerzo y financiación del muro representa la verdadera cara de Marruecos ante este conflicto, tratando de imponer por la fuerza una ocupación ilegal. La eliminación física del muro, cuya mera existencia acarrea innumerables efectos – humanitarios, políticos, legales, económicos, sociales, culturales, psicológicos y ambientales- en detrimento siempre de los intereses del Pueblo Saharaui, debe abordarse como un tema urgente dado su gran impacto sobre la solución final del conflicto y la paz en la región».
CEAS-Sahara denuncia en consecuencia que la existencia de esta muralla militar constituye un crimen continuo y permanente contra el Pueblo Saharaui e incide en la importancia de su eliminación, para lo que animan a apoyar la campaña internacional www.removethewall.org, cuyos objetivos principales son, por un lado, identificar el muro «como un espantoso crimen contra los derechos humanos del Pueblo Saharaui y un enorme obstáculo para la realización de su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia», y por otro, «sensibilizar a la opinión pública internacional sobre el muro y sus múltiples efectos sobre el conflicto».