Con motivo del día mundial de la Esclerodermia, 29 de junio, día en el que se conmemora la muerte en 1940 del pintor Paul Klee que padecía esta enfermedad, la Sociedad Española de Reumatología, (S.E.R.), ha lanzado una campaña denominada «Ponle nombre al reuma».
La esclerodermia es una enfermedad reumática autoimune sistémica en la que interviene el sistema inmunitario que ataca a los tejidos sanos produciendo una alteración del colágeno. Esta enfermedad que afecta a una de cada 50.000 personas principalmente a las mujeres debuta en la piel aunque también daña pulmones, corazón, estómago, riñones además de articulaciones.
Si se notan los síntomas referidos a la esclerodermia, dedos azules, hinchazón en las manos, calinosis (depósitos de calcio en la piel), acidez gástrica, endurecimiento de la piel, telanglectacsia (dilatación de capilares que produce marcas rojas) entre otros, es necesario acudir a un reumatólogo para vigilar las complicaciones que puedan debutar. Por otro lado, es conveniente evitar el frío intenso porque los pacientes tienen normalmente además el llamado síndrome de Raynaud, (espasmo vascular en respuesta al frío o al estrés) lo que produce úlceras, mala circulación en las extremidades por falta de riego sanguíneo y dolor.
En cuanto a otros consejos indicados para estos pacientes, es conveniente evitar los cuadros de ansiedad o estrés así como dejar de fumar porque el aumento de riesgo de infarto de miocardio o accidente vascular se incrementa si se padece esclerodermia. El ejercicio moderado, sobre todo estiramientos mejorará el cuadro de movilidad general.
Es muy importante que los pacientes se tomen la tensión arterial habitualmente y si padecen de repente síntomas cardiorrespiratorio deben acudir al servicio de emergencias. Este tipo de enfermedades autoinmunes reumáticas no tienen cura pero sí puede variar la calidad de vida del paciente si se ajustan las medidas de higiene, cuidados y otras cuestiones que evitarán que empeore la situación y el devenir.
No existen tratamientos con fitoterapia ni otras medicinas alternativas porque estos pueden alterar el curso natural de la enfermedad y pueden estar contraindicados por ejemplo si se tiene el síndrome de Raynaud o la tensión arterial. No es baladí la ingesta sin control de hierbas u otras sustancias que no estén pautadas por la comunidad médica en ninguna enfermedad pero en las crónicas autoinmunes, llega a ser un episodio peligroso si el paciente se automedica dado que puede derivar en otras situaciones complejas.