El 5 de mayo se celebra el Día Mundial de la Espondilitis Anquilosante; una patología reumática inflamatoria crónica que cursa con diversas patologías entre ellas, la uveítis, la psoriasis y otras enfermedades intestinales inflamatorias.
La espondilitis anquilosante (EA) es una artropatía que se encuentra dentro del grupo de artropatías seronegativas; es decir, el antígeno reumatoideo es negativo. Sus características principales son la inflamación crónica del esqueleto axial con dolor de espalda de tipo inflamatorio que cursa con rigidez progresiva. En algunas ocasiones también se siente dolor en el hombro, caderas y articulaciones periféricas.
Al hablar de enfermedad reumática todo el mundo piensa que hablamos de vejez y nada más lejos de eso. La EA se encuentra también en pacientes jóvenes entre los 20 y los 30 años que presentan también sacroileitis y manifestaciones características de la columna vertebral; inflamación de las vértebras o espondilos, de ahí su nombre; y anquilosante porque existen osificaciones entre las articulaciones de la columna.
Existe un cuadro referido al ojo rojo (escleritis) que está asociado a la espondilitis anquilosante, lupus eritematoso, granulomatosis de Wegener, artritis psoriásica, etc. así que si lo padece, puede usted darle pistas a su médico porque el ojo refleja otras enfermedades que están teniendo lugar en el cuerpo. Puede asimismo manifestar visión borrosa, fotofobia, lagrimeo y visión unilateral cuando está debutando la enfermedad articular y en ocasiones le sucede hasta al 40 % de los pacientes por la presencia de la HLA-B27.
Es frecuente que los pacientes dejen de hacer ejercicio por el dolor que supone vivir con esta enfermedad pero es conveniente que no lo dejen del todo. Realizar un ejercicio suave y regular es fundamental para evitar la rigidez y para evitar que exista un cuadro más invalidante.
El tratamiento rehabilitador será esencial así como aprender a hacer ejercicios para fortalecer la musculatura abdominal y paravertebral que evite deformidades. Si se mantiene la flexibilidad articular y se realizan ejercicios a la vez para mantener la capacidad pulmonar, el paciente puede tener una vida normalizada una vez que haya controlado el dolor agudo.
Evitar las dietas con almidón, harinas, patatas, azúcar y encontrar la razón de haber debutado en el aparato digestivo no es ninguna temeridad. En ocasiones la Klebsiella Pneumoniae causa la Espondilitis anquilosante en personas con propensión a enfermedades reumáticas.