Europa no garantiza la movilidad urbana según ha denunciado el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI). Los Estados miembros no solo están lejos de garantizar la movilidad, la libertad y la seguridad de los desplazamientos de las personas con discapacidad, sino que toleran culpablemente nuevas amenazas para este derecho fundamental como la que supone la invasión anárquica y dañina de nuevos elementos de movilidad como los patinetes eléctricos o bicicletas.
Así lo ha puesto de manifiesto el CERMI en su respuesta a la consulta pública lanzada por la Comisión Europea sobre “Transporte urbano – Evaluación de las medidas de la Unión Europea”, que coincidiendo con la semana de la movilidad, se inició el pasado 11 de septiembre y con plazo de expiración hasta el 4 de diciembre de 2019.
La idea que expone el CERMI es que las políticas y estrategias de la Unión Europea no pasen por aspectos que tienen que ver con la sostenibilidad ambiental ni la salud pública sino que verdaderamente se den condiciones de accesibilidad universal en el diseño, gestión y uso de las ciudades. La llamada movilidad accesible debe ser inclusiva y por ello la organización reclama que exista una nueva programación de fondos europeos que se destine a estrategias nacionales de accesibilidad y movilidad urbana.
Entre varias medidas, el CERMI ha propuesto a la Comisión que se considere la exención total de aportación o pago de tarifas por parte de las personas con discapacidad y personas mayores, en toda Europa, en el uso del transporte público urbano, y que este sea accesible, asequible y sin exclusión económica.