El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha presentado una denuncia ante el Defensor del Pueblo alegando que no existe un etiquetado braille en los productos de consumo masivo en España, medida que está regulada y es obligatoria en otros países de la Unión Europea.
Las personas con discapacidad visual grave o ciegas utilizan el código de lecto-escritura braille para acceder a la comunicación escrita, y con ello se resiente el ejercicio sus derechos y la defensa de sus intereses. Al ser vulnerados los derechos de las personas con discapacidad visual, insta al gobierno a través del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a aprobar unas condiciones básicas normativas sobre el etiquetado braille en todos los productos de consumo masivo y de productos que realmente son potencialmente peligrosos; lejías, productos de limpieza, etc.
La Convención Internacional sobre los Derechos de Personas con Discapacidad obliga a los estados miembro a dotar de accesibilidad a través de uso del braille; un mandato que nuestro país incumple a todas luces, ha explicado el CERMI.
Han sido varias petición privada #EstamosComiendoACiegas que se han presentado, tanto al Parlamento Europeo como al gobierno en Change.org. Abrir un tetra brik de leche que resulta ser pollo o limpiar con lejía cuando realmente echamos suavizante. Por otro lado, la ONCE lanzó una campaña #AlimentosConSuPunto para reclamar a la industria alimentaria etiquetas en braille para distinguir los productos, conocer su fecha de caducidad y saber si contienen o no alérgenos; un derecho de las personas ciegas que no se cumple y no les equipara al resto de los consumidores. Sergio Fernández, un cocinero de Canal Cocina, dio testimonio acerca del reto que supone cocinar a ciegas sin saber cuáles son los productos. «Una tensión enorme, añadía, no saber con qué estás cocinando; un derecho que es más importante de lo que parece.»
En España existen cerca de 72.000 ciegos que a diario se enfrentan a averiguar qué existe en la nevera. La dificultad para comprar, manejar productos y hacer cuestiones de la vida diaria les somete a un estrés mayor del que ya tienen por no permitirles ver lo que los demás.
El coste es mínimo a la hora de denominar los productos en Braille y el sector de consumo contaría siempre con la ayuda de la Comisión Braille Española (CBE). La medida que fue adoptada por los medicamentos hace doce años ha sido muy beneficiosa para el colectivo con discapacidad si bien, no todos los medicamentos, aún hoy, están etiquetados con braille.
Según el presidente del Consejo Mundial del Braille, Kevin Carey, la falta de reglamentación en los distintos países hace que la situación sea precaria en todo el mundo, aunque dentro de la Unión Europea destaca Francia como «el mejor país para una persona ciega, ya que la gran mayoría de vinos y alimentos tienen etiquetas legibles para nosotros. El problema es que la gente no sabe mucho sobre los ciegos, hay falta de conocimiento sobre su vida», añade quien, «no obstante, se muestra «optimista» sobre el futuro gracias a las nuevas tecnologías, ya que cada vez son más las aplicaciones que les ayudan en la vida diaria».
La Comisión Braille también ha aprobado el manifiesto por el derecho de las personas ciegas a un etiquetado braille universal. Tener el mismo derecho que el resto de los ciudadanos hace que aún hoy, no exista una sociedad inclusiva; un pequeño esfuerzo que deberían contemplar la industria alimentaria.
Con esta medida España se acercaría al compromiso de accesibilidad universal y consideraría al colectivo con discapacidad visual grave y a los ciegos con medidas de inclusión social.