El CMI recuerda la vida y trayectoria del pastor Emilio Castro

El obispo metodista uruguayo fue el cuarto secretario general del Consejo Mundial de Iglesias entre 1985 y 1992

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) agradece a Dios por la vida de Emilio Castro, quien trabajó durante casi 20 años como miembro destacado de su equipo, y entre 1985 y 1992 fue su cuarto secretario general. El doctor Castro falleció en Montevideo, Uruguay, en la mañana del sábado 6 de abril de 2013, a la edad de 85 años.

Castro nació en Montevideo el 2 de mayo de 1927 en el seno de una familia de la clase trabajadora. Asistió a la iglesia metodista de su barrio de La Aguada desde los 9 años. Luego de sus estudios en la Facultad de Teología de Buenos Aires, comenzó su ministerio en congregaciones de Trinidad, Durazno y Paso de los Toros, Uruguay, en 1950.

En 1953 fue el primer estudiante latinoamericano que asistió a las conferencias de Karl Barth, en Basilea. A su regreso, fue pastor durante tres años en La Paz, Bolivia, antes de retornar a Uruguay para ejercer en la Iglesia Metodista Central de Montevideo, en febrero de 1957. En 1965 fue nombrado secretario general de tiempo parcial de UNELAM, el comité evangélico provisional para la unidad cristiana en América Latina, cuerpo ecuménico que más tarde desembocaría en la organización del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) en 1979.

Durante las convulsiones socio-políticas de los años setenta, marcadas por serios disturbios en Uruguay, Castro desempeñó un papel esencial en facilitar el diálogo entre los diversos grupos políticos y en la creación del Frente Amplio, una coalición de fuerzas democráticas. A partir de 1973 dirigió en el CMI la Comisión de Misión Mundial y Evangelización (CWME, por sus siglas en inglés), llevando a ese puesto, según palabras  del obispo Lesslie Newbigin, “una garantía que brilla intensamente sobre el Evangelio y el correspondiente deseo de compartirlo, una ardiente compasión por las víctimas del error público, un cuidado pastoral para los individuos y un burbujeante sentido del humor”.

Como director de ese organismo, allanó el camino para la participación activa de las iglesias de los países de Europa del Este en la vida del Consejo. Su liderazgo personal fue crucial para la redacción de Misión y evangelización. Una afirmación ecuménica, considerado el más importante y completo documento sobre la misión por parte del CMI, adoptado en 1982 después de largas discusiones con las iglesias de todo el mundo.

Mediante su liderazgo en la CWME, Castro insistió en que la humanización de la vida a través de la evangelización es una responsabilidad cristiana fundamental y que el apoyo y mejoramiento de la humanidad, motivados por el amor de Dios, es el principal objetivo de la vocación misionera.

Impartió cursos de misiología y ecumenismo en la Facultad Teológica de Montpellier, Francia, y en el Seminario Iliff, en Denver, Estados Unidos. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Lausana en diciembre de 1984.

En 1985 llegó a ser el cuarto secretario general del CMI, sucediendo a Philip Potter, puesto que ocupó hasta 1992. En esos siete años el Consejo enfrentó los cambios más críticos de la historia contemporánea, particularmente los relacionados con el colapso del comunismo en Europa Oriental. Como principal funcionario del Consejo, Castro fomentó encuentros con miembros de otras religiones y convicciones ideológicas, y ofreció los brazos abiertos de fraternidad a los grupos evangélicos (evangelicals).

Además, facilitó grandemente la participación y representación de las iglesias ortodoxas en todas las áreas de la vida del Consejo y abogó fuertemente en favor de la “hospitalidad eucarística” en sus conversaciones con líderes eclesiásticos, incluyendo al papa Juan Pablo II.

Un notable ecumenista de finales del siglo XX, Emilio Castro será recordado también por sus enormes esfuerzos para acercar la fe cristiana  y la espiritualidad con el compromiso radical en las luchas por la justicia. Como dijo en una ocasión: “Las luchas para superar la opresión tienen manifestaciones económicas, sociales y políticas que deberían ser consideradas según sus propias características. Pero en la raíz hay una realidad espiritual: principados, potestades del mal que deben ser combatidos con poderes y realidades espirituales: el poder del amor, de la esperanza, del Evangelio”.

Publicado en www.alcnoticias.net. Traducción y Versión de Leopoldo Cervantes-Ortiz.

 Pesar en el mundo ecuménico por el fallecimiento de Emilio Castro

Manuel López
Fallece en diciembre de 2014, siendo editor adjunto de Periodistas en Español. Periodista, fotógrafo, profesor y consultor de medios. En la profesión desde 1966. Perteneció a las redacciones de 'Gaceta ilustrada', 'Cuadernos para el Diálogo", 'El Periódico" y 'Tiempo'. En 1982 funda FOTO, revista que edita y dirige hasta 2009 (287 números). Fue vocal por el sector de la Fotografía en la Comisión Redactora del Anteproyecto de Ley de Propiedad Intelectual de 1987. Profesor de Fotografía de la Universidad Nebrija (1997-2001). Desde 2000, vinculado a la Escuela Superior de Publicidad. Autor de 'Fotografía Creativa', guía didáctica de un curso en una plataforma 2.0 (282 págs., Maren, Madrid, 2010). Su exposición fotográfica antológica 'Manuel López 1966-2006' va camino de 40 itinerancias por España y América.

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