El dólar se resiente por las sanciones del SWIFT

Las sanciones impuestas por Estados Unidos están socavando sin pretenderlo el dominio que ha tenido el dólar desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El creciente número de países amenazados por las acciones de Estados Unidos y sus aliados está forzando a las víctimas y a los potenciales objetivos a responder de forma proactiva, creando alternativas a ese dominio, informan Anis Chowdhury y Jomo Kwame Sundaram (IPS) desde Sídney y Kuala Lumpur.

El SWIFT, refuerzo del dólar

El sistema de mensajería instantánea de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT, en inglés) informa a los usuarios, tanto pagadores como beneficiarios, de los pagos realizados. Así, permite la transferencia rápida y sin problemas de fondos a través de las fronteras.

Creada en 1973 y lanzada en 1977, SWIFT tiene su sede en Bélgica. Conecta once mil bancos e instituciones financieras (BFI, en inglés) en más de doscientos países y territorios. El sistema envía más de cuarenta millones de mensajes al día, mientras billones (millones de millones) de dólares cambian de manos en todo el mundo.

En conjunto controlan más de dos mil BFI los bancos centrales del Grupo de los diez (G10)  -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Países Bajos, Suecia y Suiza-, junto con el de Bélgica. Esa propiedad conjunta debía evitar la participación en disputas geopolíticas.

Muchas partes utilizan las cuentas en dólares para liquidar las transacciones denominadas en dólares. De lo contrario, los bancos de los países importadores y exportadores necesitarían cuentas en las monedas de cada uno en sus respectivos países para liquidar los pagos.

Abuso del SWIFT

Las sanciones de Estados Unidos y sus aliados, incluyendo la Unión Europea (UE), contra Rusia y Bielorrusia se produjeron tras la invasión ilegal de Ucrania por Moscú, que dio inicio a la guerra en ese país.

Creado durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, SWIFT sigue estando firmemente bajo control occidental. Ahora se utiliza para bloquear los pagos de las exportaciones rusas de energía y agricultura.

Pero además de detener los flujos de ingresos, erosiona inadvertidamente el dominio del dólar. A medida que se imponen cada vez más sanciones, estas acciones intimidan también a los demás. Aunque la intimidación puede funcionar, también provoca otras acciones de reacción.

Esto incluye prepararse para contingencias, por ejemplo, uniéndose a otros acuerdos de pago. Estas alternativas pueden garantizar no solo unas transferencias financieras transfronterizas más fluidas, sino también más seguras.

En el marco de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán, la UE suspendió los servicios SWIFT a los bancos de ese país a partir de 2012. Esto bloqueó las transferencias de fondos extranjeros a Irán hasta que se llegó a un compromiso en 2016.

Hegemonía financiera de Estados Unidos

Con sede en Bruselas y un centro de datos en Estados Unidos, SWIFT es un panóptico financiero para la vigilancia de los flujos financieros transfronterizos. Alrededor de 95 por ciento de los pagos mundiales en dólares se liquidan a través del sistema privado de pagos interbancarios de la Cámara de Compensación (Chips, en inglés), con sede en Nueva York, en el que participan 43 instituciones financieras.

Alrededor de 40 por ciento de los pagos transfronterizos del mundo se hacen en dólares estadounidenses. La Chips liquida diariamente 1,8 billones de dólares en reclamaciones. Como todos los miembros de Chips tienen oficinas en Estados Unidos, están sujetos a la legislación estadounidense, independientemente de la ubicación de la sede central o de la propiedad.

Por ello, a lo largo de casi dos décadas, miembros de Chips, el francés BNP Paribas, el británico Standard Chartered y otros han pagado casi trece mil millones de dólares en multas por violaciones de las sanciones relacionadas con Irán según la legislación estadounidense.

Privilegio exorbitante

El dólar sigue siendo la moneda preferida para el comercio internacional y las reservas de divisas. Por lo tanto, Estados Unidos ha disfrutado de un privilegio exorbitante desde la Segunda Guerra Mundial, después de que la conferencia de Bretton Woods de 1944 creara el estándar del dólar basado en el oro, fijado en 35 dólares por una onza de oro.

Si el dólar sigue siendo la moneda internacional preferida, el Tesoro estadounidense puede pagar tipos de interés bajos por los bonos que otros países tienen como reservas. De este modo, se endeuda a bajo precio para financiar los déficits y la deuda. Por lo tanto, puede gastar más, por ejemplo, en su ejército, mientras recauda menos impuestos.

Debido a la popularidad del dólar, Estados Unidos también se beneficia del señoreaje, es decir, la diferencia entre el coste de impresión de los billetes de dólar y su valor nominal, es decir, el precio que se paga por obtenerlos.

En agosto de 1971, el entonces presidente Richard Nixon puso fin unilateralmente a las obligaciones de Estados Unidos en el marco del sistema monetario internacional de Bretton Woods, por ejemplo, para canjear oro por dólares, según lo acordado. Pronto, los tipos de cambio fijos del dólar del viejo orden que determinaban los valores relativos de otras monedas se volvieron flexibles en el nuevo «no sistema».

En la incertidumbre subsiguiente, Estados Unidos persuadió al rey Feisal de Arabia Saudí para que todas las transacciones de petróleo y gas se liquidaran en dólares. Así, el acuerdo sobre el petrodólar de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) de 1974 fortaleció el dólar tras las incertidumbres que se produjeron después del choque con Nixon.

Sin embargo, los países empezaron a diversificar sus carteras de reservas, especialmente tras el lanzamiento del euro en 1999. En consecuencia, la proporción del dólar en las reservas de divisas en todo el mundo se redujo de 71 por ciento en 1999 a 59 por ciento en 2021.

Con una retórica estadounidense más beligerante, la aprensión al dólar se ha ido extendiendo. El 20 de abril de 2022, Israel, aliado incondicional de Estados Unidos, decidió diversificar sus reservas, sustituyendo parte de su cuota en dólares por otras monedas de sus principales socios comerciales, incluido el renminbi de China.

Reacción a las sanciones

La decisión de la UE de prohibir a los bancos iraníes el acceso a SWIFT llevó a China a desarrollar su Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos (CIPS, en inglés). Operativo desde 2015, el CIPS está administrado por el Banco Popular de China, su banco central. En 2021, el CIPS contaba con ochenta instituciones financieras como miembros, incluidos veintitrés bancos rusos.

A finales de 2021, Rusia poseía casi un tercio de las reservas mundiales de renminbi. Algunos ven las recientes sanciones rusas como un punto de inflexión, ya que los que no están atrincherados en el bando estadounidense tienen ahora más razones para considerar el uso de otras monedas en su lugar.

Después de todo, antes de incautar unos 300.000 millones de dólares en activos rusos, Estados Unidos había confiscado unos 9.500 millones de dólares en reservas de Afganistán y 342 millones de dólares en activos de Venezuela.

Amenazada con la exclusión de SWIFT tras la crisis de Crimea de 2014, Rusia desarrolló su propio sistema de mensajería bancaria, el Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS, en inglés). Lanzado en 2017, el SPFS utiliza una tecnología similar a las de SWIFT y CIPS.

Tanto el CIPS chino como el SPFS ruso siguen desarrollándose y sirven en gran medida a las instituciones financieras nacionales. En abril de 2022, la mayoría de los bancos rusos y 52 instituciones extranjeras de doce países tenían acceso al SPFS. Los desarrollos en curso pueden acelerar su progreso o su fusión.

La Corporación Nacional de Pagos de la India (NPCI, en inglés) tiene su propio sistema de pagos nacionales, RuPay. Compensa millones de transacciones diarias entre las instituciones financieras nacionales y puede utilizarse para las transacciones transfronterizas.

Sanciones en ambos sentidos

No es de extrañar que quienes no son aliados de Estados Unidos quieran cambiar el sistema. Tras la crisis financiera mundial de 2008-2009, el director del Banco Popular de China abogó por una moneda de reserva internacional desconectada de las naciones individuales.

Mientras tanto, los activos de China en dólares han disminuido de 79 por ciento en 2005 a 58 por ciento en 2014, y es de suponer que han seguido cayendo desde entonces. Más recientemente, el banco central de China ha ampliado progresivamente el uso de su yuan o renminbi digital, conocido como eCNY.

Con más de 260 millones de usuarios, su aplicación está ya técnicamente preparada para el uso transfronterizo, ya que no se necesita ningún banco occidental para mover los fondos a través de las fronteras. Los pagos de importaciones desde China que utilicen el e-CNY evitarán el uso de SWIFT y su Chips no tendrá que compensarlos.

Rusia lleva mucho tiempo quejándose del abuso de la hegemonía del dólar por parte de Estados Unidos. Moscú ha intentado «desdolarizarse» evitando el uso del dólar en el comercio con otros países del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y en sus participaciones en su Fondo Nacional de la Riqueza.

El año pasado, el presidente Vladimir Putin advirtió que Estados Unidos está mordiendo la mano que lo alimenta, al socavar la confianza en un sistema de intermediación centrado en Estados Unidos. Advirtió que Estados Unidos comete un gran error al utilizar el dólar como instrumento de sanción.

El alcance de la vigilancia de los pagos financieros de Estados Unidos y los pagos en dólares disminuirán, aunque no inmediatamente. Así pues, las sanciones occidentales han acelerado involuntariamente la erosión de la hegemonía financiera estadounidense.

Además de empeorar las tendencias de estanflación, estas acciones han incitado a sus objetivos actuales y futuros a tomar medidas preventivas y defensivas, con consecuencias aún desconocidas.

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