Para leer las fotos es preciso huir del ‘tsunami’ de imágenes al ‘mar de la tranquilidad’ de la observación de una fotografía.
Visto y no visto. La omnipresente, inconmensurable avalancha de imágenes con que de continuo somos abordados, impactados, incitados, compelidos y que conforma la espina dorsal de las señas de identidad de nuestra civilización del mensaje ‘turbo’ y la imagen ‘exprés’ es ciertamente el peor escenario imaginable para la lectura sosegada de las imágenes.
La inmensa mayoría de las veces nos quedamos en una mera lectura superficial, ‘cosmética’ de las imágenes, sin llegar a ahondar en la ’epidermis’ y más aun, en la ‘carne y hueso’, hasta llegar al ‘tuétano’, esto es, las claves últimas del significado conceptual y expresivo de las imágenes. Nos quedamos en la antesala del ‘mirar’ sin llegar al estadio del ‘ver’.
Para leer las fotos es preciso huir del ‘tsunami’ de imágenes al ‘mar de la tranquilidad’ de la observación de una fotografía.
A lo largo de la serie de artículos ‘Aula Foto’ cuya publicación hoy comenzamos iremos viendo cómo ir desgranando paso a paso la lectura de las imágenes, a modo de una ‘anatomía fotense’.
Nos proponemos «leer fotos», pero lo mismo podríamos “oír fotos”, puesto que las imágenes ‘hablan’. En algunos casos, hasta ‘gritan’.
Solo es cuestión de ‘preguntar’ a las propias fotos y ellas mismas nos van contestando.
Las 5 Preguntas
Echemos mano, pues, de una plantilla básica para la lectura de fotos, la que utilizo en la primera parte de la ‘foto-charleta’ Mirar y ver. Cómo leer una foto, la conferencia-proyección que vengo impartiendo actualizada con imágenes ad hoc ante cada auditorio y ocasión; la más reciente, el pasado sábado 27 de abril en Madrid en el V Encuentro de la Asociación de Escritores y Comunicadores Evangélicos (ADECE).
Allá vamos. Primera pregunta: ¿Qué? (“¿Qué veo?”, “¿qué es esto?”).
Responde el pie de foto, cuando lo hay, pero en este caso ni falta que hace; la respuesta la tenemos en nuestro propio imaginario personal. Sabemos de qué va esta foto: ‘es’ “el hombre del tanque”, el ciudadano chino que se plantó delante del primero de una línea de varios tanques que se disponían a sofocar las manifestaciones de estudiantes en 1989 en Tiananmen, la plaza principal de Pekín, contra la férrea dictadura del Partido Comunista Chino.
Dije “’es’ el hombre…”, pero la propia foto matiza: “No ‘soy’ el hombre de la plaza de Tiananmen, sino una imagen de él en el contexto del escenario en que se tomó la foto”. El crédito de la foto remata la información al datarla el 5 de junio de 1989, un día después de que el gobierno chino sacase el ejército a la calle para reprimir con toda violencia las protestas democráticas. Fue tomada en Cháng An Dà Jie, o «Gran Avenida de la Paz Eterna», a unos 200 metros de distancia de la plaza de Tiananmen, que lleva a la Ciudad Prohibida de Pekín.
Elemental: una foto no ‘es’ lo que en ella vemos, sino la imagen impresa, proyectada o transmitida, esto es la ‘re-presentación’ visual de la escena que muestra.
Segunda pregunta. ¿Quién? (“Quién cabe inferir que es -o puede ser- el autor -o autora- de esta foto?
A ver, para poder ir formándonos nuestro criterio visual, hemos de seguir con la lectura de la imagen exactamente los mismos pasos que con el lenguaje escrito, radial o audiovisual. Así, del mismo modo que cuando nos hablan de un libro lo primero que preguntamos es el nombre del autor, si de un espacio de radio el del conductor y si de una película el del director, pues ante una foto procede hacerse la misma pregunta.
Para proceder a un análisis serio, objetivo y riguroso de una imagen hemos de tener en cuenta la personalidad del fotógrafo que cabe inferir a la vista de la tipología y demás circunstancias ‘legibles’ de la propia imagen. No podemos juzgar con los mismos parámetros la foto de una prueba de competición olímpica que la foto que hace un chaval a sus compañeros de clase en una competición escolar. Elemental.
En el caso de esta foto, la respuesta a “¿Quién?” también puede plantearse en sentido inverso: “¿Quién no?” Y a la vista está que esta foto no puede estar hecha por reportero alguno de la prensa oficialista del régimen chino. El autor tiene que ser un fotorreportero occidental, ‘sí o sí’. Sabemos que fueron tres los fotógrafos que captaron esta misma escena y que todos ellos fotografiaron al hombre del tanque desde balcones de distintas plantas del Hotel Beijing: Jeff Widener para la agencia Associated Press (AP), Charlie Cole para la revista Newsweek y Stuart Franklin, de Magnum, para la revista Time.
La foto que hizo historia al instante fue la de Widener, porque la tomó con una cámara equipada en vez de con un carrete de película con un sensor electrónico y el pertinente equipo de transmisión de la imagen por teléfono vía satélite. Estaba naciendo entonces la era digital de la imagen aplicada a las fotonoticias de prensa. Hoy, pasados los años, la imagen que pervive es la de Franklin, una espléndida diapositiva de color con la máxima calidad de imagen.
Tercera pregunta: ¿Cómo I ? (Lenguaje). (Comprensión del tema -sujeto, objeto o concepto- por parte del fotógrafo y habilidad para transmitir el mensaje al observador de la imagen).
Entendemos por lenguaje fotográfico no la técnica, sino la expresión; lo que la foto dice, no los meros datos de la toma -cámara, objetivo, accesorios, soporte de imagen, proceso, etc.-. El contenido, vaya, en lugar del continente.
El punto de toma, la perspectiva y el encuadre, similares en las fotos de los tres fotógrafos, nos sitúan en un escenario en el cual se respira no solo el peligro que corre el “Rebelde Desconocido” plantado ante el tanque… sino también los propios fotógrafos, que toman la foto desde lejos, sin ser vistos. Es una foto felizmente ‘robada’ por triple partida para convertirse tras su publicación en infinidad de medios del mundo libre en todo un símbolo del movimiento democrático chino.
La perspectiva en picado a ‘vista de pájaro’, obligada por la posición de los fotógrafos en distintas plantas del hotel, refuerza el énfasis en lo que está ocurriendo en el suelo sobre el asfalto. El encuadre abarca lo justo: la cabecera de una fila de tanques en una calle desierta y el hombre plantado frente a ellos con dos bolsas colgando de las manos.
“Resistencia civil pacífica frente al despropósito militar.” “Brazos caídos frente a los tanques.” “No pasarán”… El mensaje de la fotografía no ofrece lugar a duda alguna. Es ‘la foto’ de un acontecimiento histórico local de relevancia planetaria. Un icono de la lucha por la democracia.
Cuarta pregunta: ¿Cómo II? (Técnica). (Ejecución técnica del proceso completo: ideación, preparación, equipamiento, toma, tratamiento de la imagen, acabado y presentación).
Desmitificar la ‘tecnolatría’ es uno de los caballos de batalla de la crítica fotográfica. No importa la cámara, el objetivo, los accesorios, la tecnología del proceso, sino la idea y el resultado.
Objeto de nuestra cuarta pregunta es inferir a la vista de la propia foto la mayor cantidad posible de datos del proceso completo de la ejecución técnica de la misma. En el caso de las tres fotos del hombre del tanque se dan una serie de circunstancias comunes: localización, motivo, punto de toma elevado y cámara con teleobjetivo.
Jeff Widener hizo la foto desde una planta más baja, Charlie Cole desde una altura intermedia y Stuart Franklin desde la más elevada. Todos ellos utilizaron teleobjetivos de 300 milímetros. El hecho de que el encuadre de la foto de Franklin sea más amplio -aparece un autobús quemado al fondo- se debe precisamente a la mayor distancia en que se encontraba.
La peor calidad de la foto de Cole tiene su explicación en la factura técnica. Al contrario que los otros dos fotógrafos, que usaron película convencional, él usó un prototipo de equipo DCS, Digital Camera System, armado en cuerpo de cámara F3 de Nikon con una resolución entonces ‘asombrosa’ de 1,3 megas. Esto le permitió transmitir la foto a Nueva York al instante por línea telefónica vía satélite.
Widener y Franklin escondieron los carretes de película en sus habitaciones de hotel, uno entre la ropa sucia para la lavandería y el otro en la cisterna del inodoro. Pese al registro de las habitaciones, ambos consiguieron salvar los carretes. Widener pudo transmitir la foto y la filmación que hizo esa misma noche. Franklin llevaría el carrete diapositivas consigo al abandonar China.
Y quinta pregunta: ¿A quién? (Público al que es destinada la foto y medio utilizado en cada caso. Usos previsibles de la imagen)
Por último, antes de lanzarnos a dar nuestra opinión sobre una foto hemos de preguntarnos por el público al que es destinada, en función del medio utilizado en cada caso.
Una fotografía macro de una intervención quirúrgica hecha por el equipo médico proyectada en una clase a estudiantes de Medicina no debe ser leída de la misma manera si ha sido sesgado su uso y aparece publicada en un periódico sensacionalista porque el paciente es una persona famosa.
Un buen fotógrafo profesional hará dos fotos totalmente diferentes para dos clientes distintos, o para dos usos diferentes por un mismo cliente; por ejemplo, para los organizadores de un concierto -foto ‘oficial’- y para un medio informativo -foto ‘real’-.
Incluso para un mismo cliente un buen fotógrafo profesional hará del mismo tema y escenario una foto distinta según se trate de si es para la difusión externa o para la documentación interna de los organizadores.
En el primer caso será una imagen corporativa de relaciones públicas, ‘propagandística’ si se quiere, para su publicación en los medios que se presten a ello. En el segundo, una foto documental para uso interno, que facilite la lectura autocrítica, cosa esencial para el análisis de la actividad.
“Los zapatos del otro”
“Visto y no visto”, dijimos al principio, y ahí volvemos. Planteadas las Cinco Preguntas a esta foto solo nos queda meternos “en los zapatos del otro”. Quiero decir ensayar miradas ajenas sobre una misma imagen, ponernos en la piel de distintos observadores-tipo de la imagen.
Para el observador occidental, la lectura de la foto del hombre del tanque es clara: el Tank Man, el hombre del tanque, The Unknown Rebel, el rebelde desconocido, es el símbolo de la lucha del pueblo chino por la libertad, una titánica, callada odisea de resistencia pacífica por la conquista de la libertad, especialmente las de expresión y religiosa.
Para las autoridades de la China comunista, en cambio, la imagen muestra el ‘cuidado’ que los soldados del ejército comunista pon en proteger al pueblo chino, con el argumento de que a pesar de las órdenes de avanzar, el conductor del tanque rechazó obedecer si eso implicaba dañar a algún ciudadano.
El valiente hombre del tanque que nosotros en Occidente, en el mundo libre, vemos, sigue siendo presentado en China como un ‘delincuente social’. Cosas veredes…
Cada vez que proyecto esta foto en mis ‘foto-charletas’ propongo al auditorio ensayar la mirada de las madres: a del hombre del tanque y la del soldado conductor del tanque. Las dos recordarán sin duda emocionadas el incidente.
La madre del hombre-símbolo de la protesta en forma de resistencia pacífica estará orgullosa de la gesta de su hijo, cuyo gesto de valentía ilustra las ansias ya milenarias de libertad del pueblo chino.
La madre delo soldado conductor de tanque, por su parte, estará tan orgullosa de la actitud de bonhomía sublime de su hijo pisando el freno del tanque.
Ponerse en “los zapatos del otro” es la mejor manera para leer una imagen y por extensión para manejarse en esto de la comunicación en general. También para el comunicador, con independencia del medio del que se sirva para comunicar.
Es la regla de oro del Evangelio: “Y como queráis que los hombres hagan con vosotros, así haced vosotros con ellos” (Lucas 6:31).
…
El hombre de Tiananmen como nunca lo habíamos visto
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Publicación compartida con Protestante Digital / Magacín / Leyendo fotos
Veinticuatro años después, más allá de las fotografías de Cole, Stuart y Widener y algunos vídeos, poco más se sabe del ‘hombre del tanque’, el ‘rebelde desconocido’ del que sigue sin saberse su nombre ni qué fue de él, si fue encarcelado, si logró marchar de China… La férrea censura china –la “Gran Muralla Digital” tiene bloqueadas las búsquedas por Internet de las protestas en Tinanamen y los términos términos relacionados con la matanza.
Recientemente, con ocasión de la conmemoración del 24 aniversario de la masacre, internautas chinos han podido burlar la censura al sustituir en la foto los tanques por unos patos gigantes.
El ‘hombre del tanque’ fue incluido por ‘Time’ entre las 100 personas más influyentes del siglo XX. ‘Life’, por su parte, consideró que su imagen ayudó a cambiar el mundo.
Novedoso, para mí, análisis téorico-filosófico-iconográfico de una escena fotografiada tan famosa. Y así como, efectivamente, «no hay peor ciego que él que no quiere ver», ante lo mismo las personas pueden tener «visiones» diferentes, incluso sin tener intenciones o sentimientos internos que los impulsen a un determinado significado.
En este caso, yo me formaría una opinión más amplia de las intenciones del tanquista o del espíritu gubernamental chino en la circunstancia, si pudiera conocer las transmisiones reales de ordenes e instrucciones, que estaba recibiendo y si podía responder, en fin. Solamente ahí podría confirmar si el tanquista desobedeció o no. No recuerdo sí oficialmente fue castigado en China. En lo militar moderno, aunque haya una fuerza actuando en terreno, en muchas de sus acciones obedecen estrictamente a lo que se les está indicando a distancia, a veces desde autoridades políticas, especialmente si la acción en el terreno tiene consecuencias de imagen pública politica nacional e internacional. En este episodio, al gobierno Chino no le convenía en nada que un tanque pasara por encima de ese manifestante, cuando habían testigos internacionales fotografíando y filmando.