El líder del movimiento popular, Hirak, en la región marroquí del Rif, Naser Zafzafi[1], actualmente en prisión, ha sido elegido entre la terna que optará al premio Sájarov 2018 que otorga anualmente y desde 1988 el Parlamento Europeo.
Hoy miércoles 9 de octubre tras una votación conjunta por mayoría en las comisiones de Asuntos Exteriores y de Desarrollo de la Eurocámara se seleccionaron a los tres candidatos que optarán al premio final, de los ocho nominados, del que saldrá el ganador que se dará a conocer el 25 de octubre.
El premio Sájarov de Derechos Humanos, que este año cumple las tres décadas, está dotado con 50 000 euros y el acto de entrega tendrá lugar el 12 de diciembre en sesión plenaria en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
Los otros dos candidatos al premio son el cineasta y opositor ucraniano, Oleg Sentsov, condenado a veinte años de prisión en Rusia, y un total de once oenegés que protegen los derechos de los inmigrantes en el Mediterráneo: Proactiva Open Arms, SOS Mediterranée, Médicos Sin Fronteras, Sea-Watch, Sea Eye, Jugend Rettet, Lifeline, MOAS, Save the Children, Refugee Foundation y Proem-aid.
Tan solo a cuatro meses de conocerse su sentencia a veinte años de prisión, Zafzafi opta a este prestigioso premio que reconoce a personas e instituciones que luchan por los Derechos Humanos y la libertad de opinión.
Su candidatura fue propuesta por el grupo Izquierda Unitaria Europea/ Nórdica que integra, entre otros a Podemos, Syriza, partido gobernante en Grecia, Los Verdes de Alemania y Frente de Izquierdas de Francia con un total de 42 eurodiputados que la apoyan.
La eurodiputada francesa Marie Christine Vergiat había declarado que con su nominación «mostramos nuestra solidaridad con el pueblo marroquí que demanda justicia social, derechos humanos y dignidad».
También ha recibido el apoyo desde Holanda, país que tiene una importante inmigración rifeña, de dos eurodiputadas, una del Partido Laborista, Kati Piri y otra del Partido Verde, Judith Sargentini.
La inclusión de Zafzafi para el prestigioso premio Sájarov supone, sin duda, un revés para Marruecos, cuyas autoridades no han querido pronunciarse al respecto. Precisamente, el Gobierno marroquí expresó durante los trabajos de la Asamblea General de la ONU a finales del pasado mes de septiembre su «rechazo tajante ante las palabras, acciones e interferencias de Holanda» sobre la situación en la convulsa región de Rif. La protesta se produjo tras una «reunión tempestuosa» entre los ministros de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, y Holanda, Steve Blok.
También Podemos en el Parlamento andaluz, antes de su disolución, presentó una moción de apoyo a los presos del Rif pidiendo que la Cámara andaluza rechace las condenas a los activistas condenados de la región marroquí. La represión política y la crisis social ha supuesto una importante subida en las cifras del éxodo de jóvenes rifeños hacia Europa, lo que ha motivado la preocupación en España.
La asociación Tafra que une a la gran mayoría de las familias de estos detenidos, precisó en un pasado comunicado que la concesión de este galardón a Zafzafi reflejará el compromiso moral del Parlamento Europeo para apoyar «un cambio democrático verdadero en Marruecos».
El rey Mohamed VI decretó una amnistía con motivo de la fiesta del cordero (Aid El Adha) el pasado agosto para 188 miembros de la revuelta del Rif –de los 400 detenidos- pero no a los principales líderes con mayores condenas. Su perdón vino después de una petición de Aicha, la hija del mítico caudillo que declaró la república del Rif, Abd el-Krim (1882-1963).
Precisamente, la hija de Abd el-Krim también ha sido galardonada por el Centro para la Memoria Común por la Democracia y la Paz -organizador del festival de cine de Nador- junto con el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado día 6 de octubre en un acto celebrado en la ciudad marroquí.
La polémica entre Holanda y Marruecos ha seguido en este festival de cine ya que el país europeo era el invitado de honor pero esa condición le fue retirada por el enfrentamiento político con el ejecutivo marroquí, por lo que ahora pide la embajada en Rabat la devolución de los 40.000 euros que otorgó de subvención.