Emiliano Monge gana el premio Otras voces otros ámbitos

El premio de novela «Otras voces, otros ámbitos» que promueven juntos Hotel Kafka y Ámbito Cultural, y que se concede a la mejor novela publicada a lo largo de 2012, en español y en España, siempre y cuando las ventas no hayan excedido los 1.000 ejemplares, lo que significa dar a la novela premiada una segunda oportunidad de estar a disposición de los lectores, se ha otorgado al escritor mexicano Emiliano Monge.

portada-El-Cielo-arido Emiliano Monge gana el premio Otras voces otros ámbitos Con este premio se trata, según Ramón Pernas, director de Ámbito Cultural, de hacer salir a autores apartados hasta ahora de la industria, pero que son quienes nos van a descubrir la literatura de los últimos años. Como ejemplo, baste decir que en la última edición (2011) el ganador fue Jon Bilbao, con Padres, hijos y primates, hasta ahora editado por sellos minoritarios.

Para Javier Azpeitia, escritor, editor y librero, el concurso de novela «Otras voces, otros ámbitos» es necesario por causa de «la metástasis editorial» que sufrimos, algo tan abrumador que los libreros no tienen ni tiempo de abrir las cajas que les llegan repletas de novedades. Todo libro está condenado a una vida tan efímera como la de una lombriz o una mosca del vinagre, raro es encontrar en este tropel una segunda oportunidad.

El ganador de la presente edición del premio (2012) ha sido el mexicano Emiliano Monge, quien ha pasado cinco años en España y está a punto de regresar a México. Para él el premio es un magnífico colofón a su estancia en España, a quien dice deber muchísimo en todos los ámbitos, particularmente el literario. Como ejemplo, añade Monge, sería imposible que a un mexicano lo leyeran en Chile, o en cualquier otro sitio de Iberoamérica, y viceversa, si no existiera en España una editorial que se llama Periférica, y destaca lo importante que es para la narrativa en español volver a los orígenes.

La novela ganadora de esta edición, titulada El cielo árido, es, según Azpeitia, un libro violento, no para lectores pusilánimes ni flojos, y exige un esfuerzo lector que amplíe todo lo que el libro sugiere. Entroncaría así con los genuinos creadores del boom latinoamericano, que no tiene nada de faulkneariano, como se ha dicho, sino que es muy enraizado y por ahí hay que seguirlo cultivando. (…) Cuando la revolución mexicana, se decidió que hubiera reparticiones y que ningún escritor se quedara sin su territorio… mítico: Macondo, Comala, París, una enciclopedia. En El cielo árido hay algo de esos territorios míticos y su protagonista también lo es, ya que nació con el siglo XX, el primer día de ese siglo, una pesadilla joyceana de la que no se puede despertar si no es con sudores fríos.

Y es que, según Monge, al lector no hay que tratarlo como a un espectador de cine dándole todo hecho, sino que hay que exigirle que actúe y hasta se posicione.

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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