Una comedia más que apenas aporta nada a la cinematografía francesa, “El papel de sus vidas” (Ni une ni deux), dirigida por Anne Giafferi (“Ange et Gabrielle”), ha dado a la actriz Mathilde Seigner (“Vuelta a casa de mi madre«) la oportunidad de hacer doblete, interpretar dos papeles, Julie y Laurette, esfuerzo que no es nuevo en la historia del cine, donde recibe el nombre alemán de doppelgänger (el doble, el sosias), y que raramente se ha visto recompensado con el aplauso de la crítica.

La intervención del destino no es del todo casual, la sustituta es su hermana gemela, Laurette, una peluquera que, por cierto, andaba buscándola conocedora del episodio que les había separado. Para añadir algún componente a la fábula, y proporcionar cierta fortaleza a la película, las hermanas tienen caracteres diametralmente opuestos.
Comedia sentimental ligera con pocas pretensiones explota varios temas de actualidad, como son el de las adopciones de gemelos (o mellizos) –que, según el parecer de muchos psicólogos de distintas escuelas, experimentan durante toda su vida la falta del “complementario”-. El de los secretos de familia y el papel de la educación en el desarrollo de la personalidad.
Fantasía bastante crítica con el papel de “la actriz”, voluble y caprichosa, y con la crueldad con que el mundo del celuloide se enfrenta a su envejecimiento, condenándola a papeles secundarios, e incluso de figuración.
Entretenida para una tarde de domingo lluvioso.



